Biden se siente «reforzado» de cara a su reunión de hoy con Xi
► EE UU, Japón y Corea del Sur avisan a Kim Jong Un que responderán a su amenaza nuclear
La sombra de los misiles norcoreanos planeó omnipresente sobre el último día de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Phnom Penh. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó ayer las acciones «provocadoras» de Corea del Norte, en referencia a las numerosas pruebas con proyectiles balísticos lanzados recientemente al Mar de Japón, y destacó la importancia de la férrea alianza que mantiene con Corea del Sur y Japón para hacer frente a Pyongyang.
Los 10 miembros de la ASEAN concluyeron ayer su cumbre anual, tras tres días de intensas reuniones sobre todo tipo de temas, desde la crisis de Myanmar hasta la guerra de Ucrania y las tensiones en el Mar de China Meridional. Es probable que la invasión rusa de Ucrania vuelva a estar sobre la mesa en la ajetreada secuencia de reuniones del G20 en Bali y del Foro Asia-Pacífico (Apec) en Bangkok. Poco antes de que concluyeran los trabajos, el presidente de EE UU, el primer ministro chino, Li Keqiang, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, participaron en la Cumbre de Asia Oriental, que reunió a los líderes de la ASEAN y a ocho socios del diálogo, entre ellos Corea del Sur, Australia, India y Rusia.
La cumbre Corea-Estados Unidos-Japón se celebró finalmente, cuatro meses después de que los tres líderes se sentaran a dialogar al margen de la Cumbre de la OTAN en España. Antes de la reunión trilateral, Yoon y Biden compartieron su gran preocupación por las provocaciones norcoreanas y acordaron mantener y reforzar la cooperación y la postura de defensa conjunta, para responder con una fuerza abrumadora a cualquier tipo de uso nuclear. Asimismo, Biden reconoció las importantes contribuciones de las empresas surcoreanas a la economía estadounidense en las industrias del automóvil y de las baterías recargables.
Tras una serie récord de pruebas armamentísticas del régimen de Kim Jong-un, Biden ha emprendido una respuesta diplomática firme y coordinada, adoptando la misma línea que Tokio y Seúl, dos aliados de larga tradición preocupados por un posible ensayo nuclear norcoreano, que sería el primero desde 2017. Como parte de su acuerdo a tres bandas, los líderes confirmaron su intención de proseguir con los ejercicios militares. Los tres aliados se oponen «firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo en las aguas del Indo-Pacífico, incluso a través de reclamaciones marítimas ilegales, la militarización de las características reclamadas y las actividades coercitivas». China ha reclamado y militarizado las islas para hacer valer sus amplias pretensiones sobre esta vía de agua estratégica, que también reclaman Brunei, Malasia, Vietnam y Filipinas, miembros de la ASEAN.
El líder estadounidense, reforzado por los últimos resultados de las elecciones de mitad de mandato, se presenta estos días como un paladín de la democracia frente a los regímenes autoritarios de Moscú o Pekín. Biden aseguró que acude políticamente «reforzado» a su encuentro hoy con Xi Jinping. Los presidentes de las dos principales economías del mundo se verán hoy las caras en Bali.