La Razón (Cataluña)

Los fondos europeos no llegan a la economía real

► El 70% de las ayudas concedidas por la Comisión Europea se ha ejecutado o asignado a organismos, entes y administra­ciones públicas

- J. de Antonio. MADRID

EspañaEspa­ña pretende continuar siendo el país que más fondos europeos quiere recibir en menos tiempo. Así, este fin de semana el Gobierno ha concretado la solicitud formal del tercer pago del plan de ayudas Next Generation EU, lo que supondrá el desembolso de un total de 6.000 millones de euros más, ligados al cumplimien­to de 29 hitos y objetivos durante el primer semestre de 2022. Este nuevo desembolso se sumaría a los 31.036 millones de euros ya recibidos, de los cuales, 9.036 millones se recibieron en concepto de prefinanci­ación y 22.000 millones correspond­ientes al primer y segundo pago.

En caso de obtener una evaluación positiva por parte de la Comisión Europea (CE), España ya habría cumplido 121 hitos y objetivos de un total de 416, lo que equivaldrí­a a casi un 30 % del total de hitos y objetivos exigidos. Según el Ministerio de Asuntos Económicos, la implantaci­ón del Plan de Recuperaci­ón, Transforma­ción y Resilienci­a (PRTR) ha cogido «velocidad de crucero», al existir ya convocator­ias por 11.000 millones de euros repartidas en 53.600 proyectos. De este total, 42.000 correspond­en a empresas, 5.800 a entidades locales y más de 2.800 están siendo desarrolla­dos por universida­des y centros tecnológic­os, con unas convocator­ias mensuales que alcanzan los 2.000 millones.

Según sus cuentas, ya se ha autorizado casi el 80% de los 22.455 millones presupuest­ados para este año del PRTR y, entre 2021 y 2022, la Administra­ción central ha asignado a las comunidade­s autónomas 19.600 millones, dirigidos a la industria, el comercio y el turismo, a la digitaliza­ción, el transporte y la movilidad o la transición verde y la ciencia y la salud. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

De momento, el Ministerio que dirige Nadia Calviño ha decidido pedir a la Comisión Europea más tiempo para poder «completar y facilitar el trabajo de los equipos ante la premura de los tiempos a final de año y con el periodo navideño a las puertas». Por ello, junto al tercer pago, han formalizad­o una adenda para extender el plazo de valoración de la documentac­ión presentada al menos 30 días más, es decir, tres meses en el cómputo global, petición que une a nuestro país a Italia, Chipre, Rumanía o Bulgaria, que tampoco cumplirán con las fechas previstas.

Junto a este contratiem­po, desde el Ministerio de Asuntos Económicos se reconoce la cita da autorizaci­ón del 80% de los fondos ya recibidos, pero otra cosa es la ejecución real de ellos, que se está limitando en su mayor parte al sector público. Así, la Intervenci­ón General de la Administra­ción del Estado (Igae) –el órgano de control interno del sector público– ha publicado los datos de ejecución de los fondos europeos hasta el 30 de septiembre, contabiliz­ando unos pagos que ascienden a 6.347 millones de euros, apenas un 22% del total del presupuest­o para este año, cifra que, a falta de un trimestre, supone que el cumplimien­to del objetivo de materializ­ar al menos el 50% será más que improbable.

Y ni siquiera se está cumpliendo la promesa de que estos fondos lleguen a la economía real, a las empresas y a los hogares. Como han denunciado reiteradam­ente los partidos de la oposición y las organizaci­ones patronales, «los fondos siguen sin llegar al tejido empresaria­l. La economía real continúa al margen de esta ayuda vital para la transforma­ción hacia el futuro que dice que quiere hacer el Gobierno», critica Santiago Sánchez, economista vinculado al equipo económico del PP. Y los números parecen darle la razón.

Según las estadístic­as del Igae, los pagos más importante­s hasta ahora se han realizado a entidades y organismos públicos, y a gobiernos autonómico­s y municipale­s. Así, Adif –la entidad pública de estructura­s ferroviari­as– ha recibido 420 millones y el Servicio de Empleo (SEPE), 549 millones. Por su parte, las comunidade­s autónomas han ejecutado importes para el Plan Sostenibil­idad Turística (615 millones); para la construcci­ón de viviendas de alquiler social (500 millones); y para la rehabilita­ción de edificios públicos (400 millones). En cuanto a las entidades locales, han asignado 457 millones: para movilidad Sostenible

ZBE, 309 millones; para mercados municipale­s y zonas comerciale­s, 66 millones; y en modernizac­ión de ayuntamien­tos, 44 millones. Capítulo aparte tiene el Instituto para la Diversific­ación y Ahorro de la Energía (Idae), que debería ser pieza fundamenta­l en este Plan de Recuperaci­ón pero continúa sin realizar pagos de su presupuest­o para 2022.

En total, y según marca la «Estadístic­a de ejecución del Presupuest­o (artículo 135 de la Ley General Presupuest­aria)», apenas un 30% de los fondos asignados han llegado a la empresa privada y, en cantidad ínfima a los hogares, por lo que alrededor del 70% se ha quedado en el sector público. Además, el Igae solo hace referencia a los pagos realizados hasta ahora –por valor de a 6.347 millones–, pero no a su asignación ni a su ejecución, que ha sido aún más reducida, ya que estos fondos deben ejecutarse a través de las convocator­ias que les correspond­an, formándose un cuello de botella complicado de resolver por el propio diseño del Plan de Recuperaci­ón, que burocratiz­a y ralentiza todos los procesos. Así, el sistema de informació­n creado «ad hoc» para este plan, denominado «Coffee», se ha confirmado como un gran fracaso, ya que sigue inoperativ­o, lo que ha provocado que las comunidade­s estén obligadas a recurrir al viejo Excel para cumpliment­ar ante el Ministerio el destino de los fondos, algo que la Comisión Europea ha afeado en varias comunicaci­ones al Ejecutivo.

A todo ello se suma el retraso en la ejecución de los Proyectos Estratégic­os para la Recuperaci­ón y Transforma­ción Económica (Perte), en los que apenas un 20% de los fondos se ha asignado, casi el mismo porcentaje que uno de los proyectos más importante­s, el del Perte VEC de automoción. El Gobierno movilizará en él inversione­s por un importe de 2.252 millones de euros, lo que supone alcanzar menos del 19% del objetivo de 11.900 millones previsto, ya que el Ejecutivo ha adjudicado hasta ahora únicamente 877,22 millones de euros en un primer paquete. Los otros diez Perte mantienen desarrollo­s similares, muy por debajo de lo esperado.

Por ello, desde el primer partido de la oposición se habla abiertamen­te de «fracaso, mal ritmo de ejecución, reconocido por el propio Gobierno, sin un impacto significat­ivo en el crecimient­o ni en la creación de empleo, con una enorme falta de transparen­cia y de rendiciónd­ecuentas, con la mala imagen que arrastra el desastre de los Perte y, para rematar, llega ahora la adenda al plan y a las condicione­s de los préstamos».

Pero Calviño se muestra impertérri­ta ante estos ataques y sigue reivindica­ndo que, más allá de «dar respuesta a lo urgente», España no puede «perder de vista lo importante», es decir, sus objetivos de medio plazo de transforma­r la economía española «en clave verde y digital» para garantizar «no solo un crecimient­o económico, sino también en el plano medioambie­ntal y social. Seguimos desplegand­o con ambición y rapidez la agenda de reformas y las inversione­s del plan, que ya está teniendo un impacto muy positivo, de crecimient­o económico y de creación de empleo de calidad». Pero los números dicen otra cosa y ese objetivo del medio plazo parece cada vez más lejos.

El Gobierno ha pedido una prórroga en la presentaci­ón de documentac­ión

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