Mucho arroz para tan poco pollo
Algunosmalosestudiantes,cuandoAlgunosmalosestudiantes,cuando hacen un examen y suspenden, tienen por costumbre quejarse de la dificultad y escasez de tiempo para completarlo en un intento por culpar al profesor y no a ellos mismos. Algo similar ocurre con nuestro Gobierno y la capacidad de ejecución de los fondos europeos pues no ha hecho sus deberes y procrastina a la hora de movilizar dichos dineros transformándolos en algo tangible, con lo que la ejecución real es lamentable mientras que se piden nuevos desembolsos.
Éramos muchos los que advertíamos de la capacidad del Gobierno para gestionar tal cantidad de dinero en tan poco tiempo, a la vista de que sólo ha ejecutado el 45% de los fondos estructurales del periodo 2014-2020. Pero las alarmas saltaron hace unos días cuando la presidenta de la Comisión de Control del Parlamento Europeo criticó que se siga dando dinero a nuestro país cuando no tiene «ni idea» de lo que se ha hecho con los 31.000 millones ya entregados y si se están gastando adecuada y eficientemente.
Esta situación tiene graves implicaciones en cuanto al cumplimiento del objetivo para el que nacieron los fondos, reparar los daños provocados por la pandemia y reestructurar nuestra economía para hacerla más productiva mediante planes de reformas e inversiones. Pero el papel lo aguanta todo y es necesario aterrizar los proyectos y gestionar la implantación de los mismos y, para ello, las instituciones deben agilizar el proceso de aprobación y facilitar que haya nuevas propuestas. Para ello, necesitamos que, además de transparencia en la asignación, las admiy nistraciones hagan de correa de transmisión hasta los ciudadanos para que el dinero llegue realmente al tejido productivo que como bien sabemos está conformado por pymes y autónomos que, en su gran mayoría, no han recibido nada de este dinero, ni lo esperan. Y hasta ahora, sólo se han reformado leyes sobre el mercado laboral o las pensiones.
Como el pobre que pide dinero y sabes que lo va a malgastar, cada vez son más los europarlamentarios que se preguntan dónde está aplicado el dinero recibido y dónde se aplicará el que está por llegar, porque nuestra economía va a peor y no coge fondo.