Los desprecios de la CE y Benítez
LaLa Comisión Europea no está hilando muy fino en lo que respecta al campo últimamente, ni en Bruselas ni en Madrid. En la capital comunitaria, días atrás, el Colegio de Comisarios ha presentado un plan para hacer frente a la situación en el mercado de los fertilizantes, muy afectado por la guerra que ha seguido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Hay una cierta escasez y los precios son muy altos. La situación de los fabricantes es mala y han cerrado parte de su capacidad de producción, y la de los agricultores también, por el incremento de costes. Sin embargo, en el plan de Bruselas, los fabricantes obtienen mucho, mientras que los productores agrícolas deben conformarse con migajas, si es que se pueden calificar así. Un ejemplo: dicen desde la Comisión Europea que se utilice el dinero de la reserva de crisis para apoyar a los agricultores; pero resulta que esos fondos han salido previamente del dinero de los beneficiarios de las ayudas de la PAC, por lo que no hay «dinero fresco». Para este viaje no se necesitaban tantas alforjas.
Luego está lo de la Representación de la Comisión Europea en España, dirigida por María Ángeles Benítez. Se los ha ocurrido convocar una jornada por la agricultura sostenible y no han invitado a participar en los debates a los miembros de las organizaciones agrarias generales, que, mientras no se diga lo contrario, son los representantes de los agricultores y, se supone que estos últimos son los que tienen que practicar una agricultura más sostenible. Un auténtico sinsentido, que prueba el alejamiento de la realidad, la soberbia y el desprecio con el que nos tratan a los administrados algunos eurofuncionarios de alto nivel, como María Ángeles Benítez, que disfruta de su «balneario» antes de la jubilación. Alguna organización agraria, como ASAJA, al descubrir esta maniobra, ha dicho basta y ha convocado una concentración de protesta ante la oficina de la señora Benítez, el mismo día del acto en cuestión a la vez que cuestionado. Ya de paso, podían meter entre sus reivindicaciones el agravio de los fertilizantes y pedir el cese de Benítez.