Oh, Él ya es autor de un Código Penal

«Un Código Penal de autor para Sánchez», titulaba este periódico su editorial del sábado. Ahí está una de las claves de la reforma sanchista que transforma el delito de sedición en poco más que un botellón con algarabía. Como al final se supo que su «Manual de resistencia» lo había escrito Irene Lozano y también, con anterioridad, que su tesis doctoral era más o menos un plagio, habrá que entender la ansiedad del presidente por ser autor, verdadero autor, de algo sonado, aunque sea de un código penal reescrito por Él aprovechando que ya no anda por aquí Justiniano I para reclamarle nada. Núñez Feijóo

ha prometido revertir la reforma cuando gobierne, si es que gobierna algún día, pero, mientras tanto, Él gozará de esa autoría que no compartirá, faltaría más, con Pere Aragonès ni con Junqueras.

Al gran show en la pista central del circo nacional ha saltado briosa Inés Arrimadas,

acusando al autor reformista de «apadrinar el próximo golpe de Estado». Ahí encontramos la otra clave. Doña Inés del alma mía ha dado en la diana: a partir de ahora, al que han llamado tantas y tantas cosas, o sea, a Él, le podremos llamar también El Padrino, en plan primera, segunda y tercera parte. Como los sediciosos ya han manifestado alegremente que lo volverán a hacer, cuando llegue el nuevo O-1 Él podrá celebrarlo con todo el gentío separatista declarando la jornada fiesta nacionalista no recuperable. Será el Padrino del gran botellón del cava y la butifarra, sabedores los indepes de que sólo les caerán unos azotes en el culo por la excesiva cohetería.

Ahora se festejan también los divorcios. El Padrino podría ensayar su nueva condición con el de y