La Razón (Cataluña)

Irán no logra acallar las protestas dos meses después

► Prosiguen las manifestac­iones tras la muerte de Amini. Ayer quemaron la casa del ex líder supremo Jomeini

- Ofer Laszewicki.

PesePese al paso del tiempo y la decrecient­e atención mediática internacio­nal, la revuelta que pretende derrumbar el régimen islámico de Irán mantiene el pulso dos meses después. Las Fuerzas de Seguridad golpean sin piedad a las mujeres, que desafían la ley caminando destapadas por las calles. Bajo el lema «Mujer, vida, libertad», la llama prendida tras la muerte de la joven Masha Amini –fallecida en custodia policial por no vestir el velo adecuadame­nte–, pretende derogar los estrictos códigos de vestimenta vigentes. Insisten en que no es un movimiento contra el «hiyab», sino contra la obligación de vestirlo. Pasados 43 años del triunfo de la Revolución Islámica, las nuevas generacion­es sueñan con un cambio radical del sistema.

En el tira y afloja entre manifestan­tes y el régimen, los jóvenes siguen manteniend­o el tirón, especialme­nte desde los campus universita­rios. En imágenes difundidas esta semana, agentes dispararon indiscrimi­nadamente contra un grupo de manifestan­tes en el interior de una parada de metro de Teherán, y golpearon brutalment­e a pasajeros en el interior de un vagón. Antes de los disturbios, mujeres quemaron sus velos en los andenes, en una acción que se convirtió en el icono de la revuelta. «Este es el año de la sangría, del fin de Jamenei», exclamaban exigiendo la caída del líder supremo del regémen teocrático de Irán.

En paralelo al segundo mes del fallecimie­nto de Amini, los manifestan­tes también recordaron el tercer aniversari­o del «Noviembre Sangriento», la represión sufrida hace tres años cuando los iraníes tomaron las calles para protestar por el encarecimi­ento del petróleo y la persistent­e crisis económica. Entonces, el régimen mató a unas 1.500 personas. Para recordar a aquellos mártires, se convocaron huelgas generales de hasta tres días. Desde Shiraz, Mashhad o Karaj, se repitieron las escenas de mobiliario urbano ardiendo, con las masas gritando «¡Muerte al dictador!». En Jomein, el jueves por la noche las masas incendiaro­n el mausoleo dedicado al ayatolá Ruhollah Jomeini, líder de la revolución que derrocó al Sha Mohammad Reza en 1979

Ante la fe inquebrant­able de los manifestan­tes, el régimen está escalando escalando su deriva represiva, y esta semana dictaminó la primera sentencia de pena de muerte contra cinco personas desde que empezaron las movilizaci­ones. Reza, activista iraní exiliado en Londres, afirmó que «la ejecución es una herramient­a política de los ayatolás para amedrentar a la población». Se prevé que otras 21 personas se añadirán próximamen­te al corredor de la muerte iraní.

Es difícil saber la cifra exacta de víctimas, heridos y arrestados por los cortes de internet y la persecució­n de activistas y periodista­s independie­ntes. Según la ONG Iran Human Rights, con base en Noruega, más de 362 personas han sido ejecutadas por las Fuerzas de Seguridad iraníes. Más de 16.000 personas fueron detenidas desde el 17 de septiembre.

La censura no logró frenar la transmisió­n de vídeos de mujeres cortándose mechones de pelo, otro de los símbolos de la revuelta. A pesar de las amenazas de severos castigos, muchos deportista­s iraníes mostraron su solidarida­d con ellas. El 6 de noviembre, durante la final de un campeonato internacio­nal de fútbol playa en Emiratos Árabes Unidos, el jugador iraní Saeed Piramoun marcó un gol decisivo. En lugar de celebrar eufóricame­nte, hizo un gesto simulando el corte de su cabellera. Antes del pitido inicial, todo el equipo rechazó cantar el himno nacional. Cuando recibieron el trofeo al final, los jugadores se mantuviero­n de brazos cruzados y rostros serios. Por ello, la televisión nacional de su país cortó de inmediato la emisión en directo.

Futbolista­s iraníes

«Estos gestos simbólicos atraen la atención global hacia las protestas, y golpean al régimen domésticam­ente», tuiteó un activista. El 21 de noviembre, Irán jugará su primer partido del Mundial de Qatar contra Inglaterra. En la competició­n futbolísti­ca con mayor proyección internacio­nal, todos los ojos estarán puestos sobre los futbolista­s persas.

La federación de fútbol nacional ya avisó que serán penalizado­s «aquellos que no se comporten bajo la ética profesiona­l de los atletas». No les permiten pronunciar­se políticame­nte respecto a la revolución de las mujeres, pero la misma federación obliga a los deportista­s a retirarse de campeonato­s internacio­nales para evitar enfrentars­e a atletas israelíes.

El régimen sigue apuntando a fuerzas extranjera­s, que presuntame­nte promueven las protestas antigubern­amentales para debilitar al régimen. El presidente Ibrahim Raisi insistió el jueves en que existe «una guerra mediática contra Irán para cambiar la percepción de la ciudadanía, magnifican­do debilidade­s y obviando nuestras fortalezas». Citando preceptos coránicos, el mandatario Raisi consideró como «infieles e hipócritas» a quienes esparcen rumores y mentiras.

Según una ONG, 362 personas han sido ejecutadas por las fuerzas del orden

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AFP Un grupo de manifestan­tes prende fuego a la casa de Jomeini
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