La Razón (Cataluña)

«Morir» de frío o del susto

- Erik Montalbán

«Tren«Tren de frentes y borrascas: el chorro polar trae el invierno de golpe a España». Así se titulaba una noticia publicada por LA RAZÓN hace unos días, llevándose de un plumazo cualquier recuerdo que pudiese quedar del «veroño» en casi todo el país. «Queda inaugurada la temporada ‘‘qué puto frío’’ en Madrid», dice un meme que me ha llegado no menos de diez veces por redes sociales y whatsapp, con la llegada de las primeras nieves a las montañas y la sustitució­n en las calles de las cazadoras por los abrigos «gorditos». Lo que queda también inaugurada es la temporada de «qué clavada nos van a meter con la factura de la calefacció­n». Normal que los españoles tengan miedo a encender los radiadores con la alegría de otros años, si es que alguna vez existió tal cosa.

Lo que sí existía es la llamada «pobreza energética», pero pasaba de puntillas por una clase media que ponía el termostato a 21 o 22 grados sin preocupars­e en exceso de la factura, algo que este invierno va a ser un deporte de riesgo. Ni bajada del IVA de la luz y el gas, ni 20 céntimos en la gasolina, ni leches. Se me acumulan las consultas de familiares y amigos preocupado­s por qué tarifa energética elegir o qué hacer con la hipoteca para minimizar el palo.

Porque los españoles, a diferencia del Gobierno, sí se están apretando el cinturón, dando una lección de cómo responder cuando vienen mal dadas. En lugar de tirar de chequera –deuda– sin pudor como hacen en Moncloa con una ristra de medidas más cosméticas que efectivas para mejorar de verdad el día a día de la gente, los españoles han optado mayoritari­amente por no gastar lo que no tienen. Menos viajes, salidas a restaurant­es, coches, ropa y mirar mucho la cesta del súper –la marca blanca, más barata, se ha disparado–, al menos hasta que amaine el temporal. Si acaso un pequeño paréntesis con alguna alegría navideña, pero haciendo malabares para cuadrar números a fin de mes. Con su responsabi­lidad, los españoles se han convertido en el mejor aliado de un Gobierno cuya política económica se enseñará algún día en las facultades como ejemplo de qué no hacer. Mientras tanto, solo hay dos opciones: «morir» de frío o del susto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain