El FMI rebate la euforia de Sánchez
El Gobierno no se apea de un discurso eufórico y sobreactuado en materia económica. A estas alturas, Moncloa se vanagloria de ser poco menos que un ejemplo para Europa pese a que las cifras nos colocan sin discusión en el furgón de cola. Somos los únicos que no hemos recuperado el poder adquisitivo prepandemia y que no lo haremos hasta final de 2024. El FMI abundó ayer en la vulnerabilidad de la salud financiera del país y cuestionó instrumentos capitales aprobados por Pedro Sánchez, como por otra parte han hecho la casi totalidad de los organismos nacionales e internacionales. Puso el foco sobre los riesgos de la descomunal deuda –más de 1,5 billones– que el Ejecutivo relativiza y exigió un ajuste fiscal de entre 3.000 y 6.000 millones en 2023. Además, como hizo el BCE, advirtió contra los efectos de los impuestos a la banca y las energéticas. Sánchez desoye todos estos requerimientos con una arrogancia irresponsable.