El relevo en el TC se complica por Bandrés
► El bloque progresista se aferra a su candidato mientras los vocales conservadores reclaman más alternativas
Ni para adelante ni para atrás. La renovación del Tribunal Constitucional (TC) sigue encallada en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tras la última reunión de los cuatro vocales encargados de consensuar los nombramientos de dos magistrados de la institución. Se volverán a reunir el próximo miércoles, pero nada hacer presagiar un acuerdo en el horizonte, lo que podría obligar finalmente al Gobierno de Pedro Sánchez a afrontar en solitario la designación de los dos jueces del TC que le corresponde nombrar. Aun a riesgo de que el Pleno del Constitucional rechazase esos nombramientos (la renovación se efectúa por tercios, es decir, de cuatro en cuatro magistrados).
El hecho de que el bloque progresista defienda a capa y espada a su candidato, el magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés, no allana precisamente el camino. Los vocales conservadores no están por la labor de que se designe con sus votos a un candidato que consideran «gubernamental» (al contar con el aval de Moncloa) y reclaman alternativas que, por ahora, sus compañeros no están dispuestos a poner encima de la mesa.
Por si fuera poco, ni siquiera se ponen de acuerdo sobre el método de designación de esos dos magistrados del TC, una vez los consejeros conservadores desean negociar esas candidaturas ahuyentando el tan criticado «cambio de cromos» –que se traduzca en asentir, sin más, al candidato del otro bloque–, para sacar adelante esa renovación que está sobre la mesa desde aquella primera reunión del Pleno del Consejo el pasado 8 de septiembre (convocada todavía por Carlos Lesmes apenas un mes antes de dimitir de su cargo).
Lo cierto es que sin haberse llegado a votar aún ningún nombre, la comisión negociadora debate ahora más sobre el cómo que sobre el quién, por lo que de nuevo no habrá una propuesta formal que elevar al Pleno que se celebra hoy.
Los consejeros conservadores ya expusieron a sus compañeros en la anterior reunión que debía modificarse la metodología de la negociación para evitar «un mero intercambio de un nombre por otro».
Pero según las fuentes consultadas, los vocales progresistas volvieron volvieron a defender ayer la candidatura única del magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés – que despierta no pocas reticencias entre sus homónimos conservadores– e instaron a sus compañeros a proponer a su candidato. «No aceptan ningún otro candidato diferente de Bandrés», se quejan, ni tampoco «una metodología que suponga un debate real sobre la idoneidad de toda índole de los candidatos», añaden.
Y aunque no hay aún un veto explícito, lo cierto es que a día de hoy parece complicado que los nombramientos salgan adelante si la propuesta progresista se mantiene. «No puede haber un intercambio de cromos, y si encima uno viene marcado, aun menos», apuntan fuentes del bloque mayoritario. «Primero el método, después los nombres», hacen hincapié. hincapié. «No queremos ni imposiciones ni vetos, queremos negociar», hacen hincapié.
Esas mismas fuentes admiten tener «bastantes reparos» respecto a la elección de Bandrés. «La campaña que se ha hecho a su favor no le ayuda». «Parece que el Gobierno nombra a tres y eso no es lo procedente», señalan. Sí abren una puerta a una posible candidatura de Pablo Lucas, el magistrado encargado del control judicial del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). «Si la alternativa es Lucas es una alternativa a valorar. De entrada, el Gobierno no ha hecho ninguna campaña a su favor».
La renovación del TC está pendiente desde hace cinco meses, pues el pasado junio expiró el mandato del presidente del tribunal de garantías, Pedro González-Trevijano, y de otros tres magistrados. Con su salida se instaurará en el Constitucional una mayoría progresista (dado que en el relevo de este tercio del TC el Gobierno debe nombrar a otros dos magistrados).
Al contrario del bloque progresista, el sector mayoritario no se ha decidido aún por ningún candidato, aunque ya maneja seis nombres como posibles aspirantes: los magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Pablo Llarena (instructor de la causa del «procés»), Julián Sánchez Melgar (ex fiscal general del Estado) y Vicente Magro, y sus compañeros de lo Contencioso César Tolosa (presidente de la Sala Tercera), Inés Huerta y Diego Córdoba.
La reunión comenzó minutos después de que la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo (TS) desestimase suspender cautelarmente el nombramiento del progresista Rafael Mozo como sustituto provisional de Carlos Lesmes al frente del CGPJ. Una resolución que al menos no entorpece por ahora el proceso de nombramiento de los jueces del TC, ya que el alto tribunal considera que mantener a Mozo en el cargo no acarrea perjuicios irreparables (ante, por ejemplo, la designación de los dos jueces del TC).
«No queremos ni imposiciones ni vetos. Queremos negociar», dicen en el sector mayoritario
Los consejeros comisionados para alcanzar el consenso se volverán a reunir el próximo miércoles