Un tiroteo la víspera de Acción de Gracias deja al menos seis muertos
► El gerente de un Walmart de Virginia abre fuego contra clientes y compañeros
Un nuevo episodio de violencia armada ensombrecía la víspera de uno de los días más importantes del año en EE UU: Acción de Gracias. Con las tiendas abarrotadas por las compras previas al festivo nacional y con grandes descuentos ya efectivos a falta de pocos días para el Black Friday, un empleado de la cadena Walmart daba rienda suelta a su crispación disparando contra los clientes del establecimiento de Chesapeake, en el estado de Virginia, donde él trabajaba.
«Alcé la mirada y de repente empezó a disparar», explicó Briana Tyler a los medios. «Varias personas» cayeron al suelo tras los tiros de su jefe, que «no pronunció palabra, no dijo absolutamente nada», añadió la empleada de Walmart. El autor, pistola en mano, dejó a su paso un balance de seis víctimas mortales y otros cuatro heridos de bala antes de suicidarse. Desde 2014, han muerto al menos 781 personas por recibir disparos en el interior del popular establecimiento, una de las grandes superficies más frecuentadas por los estadounidenses.
«Pensé que alguien había derribado un estante enorme», indicó Jeromy Basham, que había ido a comprar manteles y cubiertos desechables para un almuerzo entre compañeros de oficina previo a la celebración familiar y se acabó convirtiendo en testigo de la tragedia. «Era una serie de ruidos idénticos, muy fuertes y seguidos», añadió describiendo los disparos, justo antes de escuchar a la gente gritar: «Es un arma, ¡salid!».
Desde que Walmart abrió por primera vez sus puertas en 1962 en Arkansas, su expansión de negocio ha ido en aumento hasta contar con 3.772 grandes superficies en la actualidad distribuidas por todos los estados, sin contar con las unidades minoristas, que casi duplican la cifra total. La mayor cadena de estas características del país, que también vende armas, está a menudo en el centro de la polémica. Por ello, en los últimos años ha impuesto medidas de prevención, como elevar la edad mínima para comprar armas de fuego de 18 a 21 años o dejar de vender ciertas pistolas o rifles de asalto como los AR-15, utilizados en las matanzas más mortíferas. El acceso al interior del establecimiento no cuenta con detector de metales, por lo que identificar posibles armas es misión imposible. La epidemia de armas supera así todo récord registrado en el país. Tan sólo en 2022 y sin que haya terminado todavía el año, el último episodio de violencia armada en el Walmart de Virginia sitúa el contador en la escalofriante cifra de 606 tiroteos múltiples.
EE UU es el único país del mundo con más armas de fuego que habitantes: se calcula que hay más de 120 armas por cada 100 ciudadanos. La población estadounidense, además, posee casi la mitad (46%) de todo el arsenal armamentístico disponible en el mundo. Y, aún más, los disparos representan ya la primera causa de muerte en menores de 14 años, por encima de los accidentes de tráfico y las enfermedades.
Los esfuerzos a nivel legislativo para erradicar la epidemia de violencia armada han sido en vano. La Cámara de Representantes, todavía bajo el control de los demócratas, aprobó una nueva legislación para regular el uso y venta de armas, pero la norma sigue estancada en el Senado por la oposición republicana, mientras las cifras de víctimas mortales siguen aumentando drásticamente. En total, más de 76.200 personas han muerto en Estados Unidos.
«No pronunció palabra, no dijo absolutamente nada», recuerda una empleada