Cesc Gay reivindica la mentira «educada»
El director critica ingeniosamente el valor de la verdad en su cinta «Historias para no contar»
HaygentequemienteHaygentequemiente por respeto y gente pródiga en juramentos que lo hace para salvarse de las posibles consecuencias que en ocasiones tiene decir la verdad. En cualquiera de los casos, todos ganan, todos pierden, en ese carnaval incesante de máscaras y suposiciones que es la vida. Para Cesc Gay, esta ocultación consciente de las cosas que pensamos, decimos o hicimos es motivo absoluto de reivindicación: «La mentira es maravillosa. Mentir no solo resulta necesario, sino que es de buena educación», asegura durante la conversación que mantenemos con motivo del estreno de su nueva y luminosa película, «Historias para no contar».
Plantel de lujo
En el año 2012, con el estreno de «Una pistola en cada mano», el realizador catalán ya empezó a perfilar su predilección por los relatos caleidoscópicossobrelasrelacionesperson caleidoscópicossobrelasrelacionesperson al es, las narraciones con naturaleza de enredo, las tramas formadas por diferentes historias combina das en donde el espectador se enfrenta sin ambages a situaciones cotidianas que le suenan como propias y ahora vuelve, arropado por un estelar elenco donde hay nombres tan familiares y talentosos de nuestra cinematografía como los de Antonio de la Torre, Maribel Verdú, José Coronado, Àlex Brendemühl, Verónica Echegui, Anna Castillo o Quim Gutiérrez, entre otros.
Cinco historias sobre la infidelidad, el enamoramiento, la vergüenza –la propia y la ajena– o la precariedad afectiva vertebran la cinta de Gay a pesar de que, tal y como él mismos eñale,«l as películase pi sódicas parece quedan como un poco de miedo. Sin embargo, “Una pistola en cada mano” funcionó tan bien que tenía muchas ganas de volver a escribir a través de un formato basado en lo corto, en el cuento, en lo fragmentado», asegura antes de añadir: «Me parecía interesante hablar desde la fragilidad de lo que somos. ¿Por qué el personaje de Coronado gestiona esa situación así? ¿O por qué lo hace de esa forma el de Quim Gutiérrez?». Yes precisamente la vulnerabilidad común de este crisol de personajes falibles el sitio perfecto desde el que recordarnos a nosotros mismos que una vez también mentimos. Aunque sea, al menos, para sentirnos un poco mejor.