La Razón (Cataluña)

Los F-18 españoles vuelven a Rumanía para vigilar el Este

► Ocho cazas protegerán el espacio aéreo aliado hasta marzo. El destacamen­to de Bulgaria, a punto de finalizar su misión

- Fernando Cancio. MADRID

Quinto y último despliegue del año de los cazas del Ejército del Aire en la Policía Aérea de la OTAN. La invasión de Ucrania por parte de Rusia llevó a la Alianza Atlántica a reforzar sus fuerzas de disuasión en el flanco Este y España ha sido uno de los países que se ha sumado a ese apoyo a la defensa colectiva en todos los frentes: por tierra, por mar y por aire. La última aportación es un nuevo destacamen­to aéreo en Rumanía, donde ocho aviones de combate F-18 y 130 efectivos protegerán el espacio aéreo aliado en el área del Mar Negro durante los próximos cuatro meses.

Fue el pasado viernes cuando los cazas y los primeros efectivos aterrizaro­n en la base aérea de Fetesti, situada al sureste del país, a apenas 115 kilómetros de la frontera con Ucrania y a unos 80 del Mar Negro. Era la primera avanzadill­a del bautizado como destacamen­to «Viespe», que comenzará oficialmen­te el jueves su misión de vigilancia y protección, la cual se prolongará en principio hasta el próximo 31 de marzo.

Así lo confirmó el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), recordando que esta aportación por parte de las Fuerzas Armadas no es más que «la respuesta a la solicitud de la OTAN de mantener e incrementa­r la contribuci­ón de los aliados para proporcion­ar un Escudo Aéreo en dicha zona».

De hecho, desde el pasado día 11 de noviembre otros seis cazas Eurofighte­r y 150 militares participan en la misma misión en el área del Mar Negro, en este caso desde Bulgaria. Un despliegue que concluirá este viernes, por lo que el Ejército del Aire continuará vigilando la zona.

Así que las tareas que llevarán a cabo a partir de ahora los efectivos del Ala 15 (con base en Zaragoza) son más que conocidas para los aviadores españoles, pues nuestro país comenzó su participac­ión en la Policía Aérea de la OTAN en 2006. En concreto, además de realizar ejercicios y maniobras con otras fuerzas aéreas, su principal misión es la de vigilar el espacio aéreo aliado ante la constante presencia de aviones rusos que vuelan sin identifica­r (sin plan de vuelo y con los transponde­dores apagados) por sus inmediacio­nes.

Por este motivo, al menos dos cazas aliados están siempre en alerta en la base aérea y en cuanto los radares de la Alianza detectan una de esas aeronaves (se muestra como una amenaza en sus pantallas) alertan al destacamen­to. A partir de ahí, los aviones de combate tienen que despegar en menos de 15 minutos para intercepta­rlas, identifica­rlas y evitar que entren en ese espacio aéreo.

Y esos radares están situados en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, donde se encuentra el Centro de Operacione­s Aéreas Combinadas de la OTAN (CAOC-TJ), el encargado de la vigilancia del flanco sur, una zona que abarca 14 países y alrededor de 11 millones de kilómetros cuadrados (desde las Islas Canarias hasta Turquía y desde las Islas Azores hasta Rumanía). Se trata de uno de los dos Centros de este tipo con los que cuenta la Alianza Atlántica, que vigila también el flanco norte desde la localidad alemana de Uedem.

Radar de largo alcance

Y para reforzar todavía más la seguridad y monitoriza­r más de cerca esta zona, el Ejército del Aire también desplegó a mediados del pasado mes de octubre un radar de vigilancia aérea de largo alcance. Se encuentra cerca de la ciudad de Constanza y está formado por 38 militares, que lo mantienen activo las 24 horas del día.

Pero además de en el exterior, estas misiones de vigilancia y protección del espacio aéreo soberano también las realizan los aviadores españoles en territorio nacional como una de las misiones permanente­s de las Fuerzas Armadas.

En el caso de las operacione­s en el exterior, el Ejército del Aire tiene demostrada experienci­a en la Policía Aérea de la OTAN, en la que los cazas españoles se estrenaron en el año 2006 en el Báltico (BAP). No volvieron hasta 2015, fecha a partir de la cual la participac­ión española ha sido ininterrum­pida. Y a partir de 2021 comenzó su despliegue, de forma paralela, en el área del Mar Negro, en Rumanía, en la denominada Policía Aérea Reforzada (eAP).

Y este año el refuerzo de los contingent­es como consecuenc­ia de la guerra se ha producido en ambas zonas: tanto en el Báltico como en el Mar Negro. Así, en 2022, las unidades de combate del Ejército del Aire batirán un récord al haber desplegado cinco contingent­es distintos en este tipo de operacione­s en diferentes periodos: dos en el Báltico (Lituania y Estonia), dos en Bulgaria y uno en Rumanía.

El Ejército del Aire ha desplegado cinco destacamen­tos aéreos con la OTAN y un radar en 2022

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EMAD Uno de los F-18 españoles en la base de Fetesti

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