Alemania no deportará a más iraníes por la dura represión
► Las protestas por el «hiyab» se han extendido en Irán desde la muerte de la joven Masha Amini a manos de la Policía
Alemania anunció ayer que no deportará a más ciudadanos iraníes a su país ante la crisis política desatada en Irán por la represión de las protestas que se vienen sucediendo tras la muerte de Masha Amini, la joven que falleció bajo custodia por no llevar correctamente el velo. Así lo comunicó el presidente de la Conferencia de Ministros del Interior de los Estados federados alemanes, Joachim Herrmann, quien asimismo añadió que habrá excepciones cuando se trate de amenazas o delincuentes peligrosos, aunque siempre después de una evaluación individual. «Estamos de acuerdo en que no habrá deportaciones allí hasta nuevo aviso», aseguró Herrmann, en declaraciones recogidas por varios medios alemanes. Herrmann pidió al Gobierno federal que proporcione a los distintos «Länder» una evaluación actualizada de la situación en Irán, que sirva como base para futuras decisiones. Entre el miércoles y el viernes, los ministros del Interior de los Gobiernos federales se reúnen en Múnich para su conferencia de otoño. Las protestas en Irán no han parado desde que, hace más de dos meses, se produjo la muerte de Amini. Se estima que desde entonces más de 18.000 personas han pasado a disposición policial y más de 480 han perdido la vida, según el último balance facilitado por la ONG Iran Human Rights. El jueves, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU decidió emprender una investigación independiente sobre la continua violencia del aparato de seguridad iraní contra las personas que se manifiestan pacíficamente, a instancias de Alemania e Islandia, lo que para el Gobierno de Teherán fue la gota que terminó por agudizar el tono entre los dos Gobiernos. En consecuencia, una misión de investigación internacional independiente documentará a partir de ahora las violaciones de derechos humanos en Irán y recopilará pruebas para un posible enjuiciamiento penal de los responsables. Previamente, varios funcionarios alemanes criticaron repetidamente la violenta represión de las protestas o la clara postura de la ministra de Asuntos Exteriores germana, Annalena Baerbock, ha suscitado resentimiento en el país persa.
Por su parte, varios diplomáticos iraníes de alto rango describieron recientemente a Alemania como un «régimen» y numerosos funcionarios de seguridad y políticos iraníes también fueron objeto objeto de sanciones de la Unión Europea desde que estallaron las protestas. Pocas horas después de hacerse público el comunicado de Herrmann, el Ministerio iraní de Exteriores convocó al embajador de Alemania en Teherán para protestar por las «afirmaciones intervencionistas e infundadas» vertidas por Berlín en relación con las protestas.
Su portavoz, Naser Kanani, afirmó que Teherán «no cooperará» con una investigación internacional en torno a la represión de las protestas y aseguró que «tiene pruebas» sobre el papel de países extranjeros en las movilizaciones.
Asimismo, la Asociación Alemana de Periodistas ha pedido que se convoque al embajador iraní en Alemania. El trasfondo fueron las amenazas contra varios miembros del equipo editorial farsi de la televisión pública alemana Deutsche Welle. Los habían amenazado con tomar represalias contra los miembros de su familia que vivían en Irán si continuaban los informes críticos sobre los líderes iraníes. Según la emisora exterior pública alemana, las autoridades iraníes han aumentado la presión sobre los periodistas en el extranjero desde que comenzaron las protestas.