¿Recesión a la vista?
LaLa curva de tipos de interés –la relación entre el plazo de los títulos de deuda pública y el tipo de interés anualizado que abonan– se halla ahora mismo invertida. Es decir, el tipo de interés de los títulos de deuda a corto plazo se ubica por encima del tipo de interés de los títulos de deuda pública a largo plazo. ¿Y qué relevancia tiene eso? Pues que históricamente la inversión de la curva de tipos ha sido un indicador adelantado de una recesión: siempre que se invierte la curva, posteriormente hay una recesión; siempre que hay una recesión, previamente se invierte la curva. La razón para esta coincidencia histórica es doble. Por un lado, las crisis de liquidez suelen anticipar una crisis económica y suelen provocar una inversión de la curva (si muchos agentes necesitan urgentemente liquidez, estarán dispuestos a pagar altos tipos de interés en el corto plazo y ello provocará la inversión de la curva).
Por otro lado, si el mercado espera que una economía vaya a entrar en recesión, también anticipará que en el futuro el banco central rebajará sus tipos de interés y, por tanto, la curva también tenderá a invertirse (los tipos a corto se mantendrán altos pero los tipos a largo se reducirán por la expectativa de la política monetaria expansiva futura). ¿En cuál de estos dos escenarios nos encontramos? Aparentemente en el segundo. Ahora mismo no existen serios problemas de liquidez en el mercado (lo cual no quita que no pueda haber agentes concretos en problemas: hace pocas semanas asistimos al caso de FTX) y, por tanto, la inversión de la curva responde sobre todo a que exissegundo te un amplio consenso de que la recesión va a llegar y de que la Reserva Federal (Fed) terminará bajando tipos de interés para contrarrestarla. Pero precisamente porque la inversión de la curva de tipos no nos está relatando lo que ya está ocurriendo sino lo que el mercado espera que ocurra, acaso el mercado se equivoque ahora tal como también se equivocó en el pasado con sus expectativas de inflación. Y en ese caso, podría suceder que la recesión no llegara. Pero también podría suceder que la recesión sí llegara y lo hiciera con mucha más intensidad de lo que ahora mismo espera el mercado. Para bien o para mal, saldremos de dudas en 2023.