Dos investigadoras, premiadas entre 260 candidatos por la «Cátedra Cajal»
► Cada una recibirá 40.000 euros durante dos años para realizar su proyecto, un legado que dejó el Nobel
El ministro de Universidades, Joan Subirats, y el rector de la Universidad de Zaragoza (UZ), José Antonio Mayoral, presidieron ayer el acto de entrega de la primera edición de las Ayudas a la Investigación otorgadas por la «Cátedra Cajal». Nahla Jemni y Maialen Sebastián fueron las científicas premiadas con 40.000 euros cada una para desarrollar sus proyectos de investigación en España.
La primera –cuyo proyecto se centra en el desarrollo de un tratamiento médico novedoso y de alta precisión para la degeneración macular asociada a la edad– lo desarrollará en el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid y, la segunda –que presentó la investigación «La memoria del ARN: Epitranscritómica como nexo entre infecciones virales y autoinmunidad»– lo hará con el grupo de investigación Functional Studies in Immune Disorders de la Universidad del País Vasco.
El jurado –que las ha elegido entre 260 candidatos– señaló que la «originalidad e innovación en las ideas», así como el perfil y curriculum de las dos galardonadas, fueron decisivos en su elección.
Nahla Jemni agradeció la concesión del «prestigioso premio» y recordó que la investigación es fruto del esfuerzo, la paciencia, la dedicación y el sacrificio. Por su parte, Maialen Sebastián afirmó que recibir esta ayuda era «una oportunidad para seguir investigando» y destacó «la confianza a los investigadores jóvenes» a los que se ofrecen estas ayudas.
170 aniversario de Cajal
Subirats apostó por aprovechar la celebración del «Año Cajal» para reforzar la investigación científica en España y resaltar el «buen momento» que vive el país en este ámbito. «España es la décima potencia investigadora mundial en producción científica, pero tiene que mejorar la excelencia en la investigación y la transferencia», destacó. También hizo referencia a la inauguración del «Año Cajal» –que tuvo lugar hace unas semanas en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid– y en la que estuvo también presente la ministra de Ciencia, Diana Morant.
«Durante estos más de doce meses se van a potenciar todas las actividades vinculadas al recuerdo de una figura que es no solo significativa desde el punto de vista científico, sino también por su humanismo y por su calidad artística». El ministro añadió que el premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal, estuvo «en muchas partes de España», donde «dejó un gran legado». Por su parte, el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, que presidió el acto acompañado por la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, y el director de la Cátedra Cajal, Carlos Martín, subrayó que esta entrega de premios estaba enmarcada en el 170 aniversario del nacimiento del premio Nobel, quien también es para la UZ «nuestro más ilustre estudiante, profesor y director de nuestros Museos Anatómicos».
Asimismo, anunció que en otoño del año que viene está previsto que esté en funcionamiento el Espacio Cajal de esta universidad, y también se dará a conocer entonces la celebración de una exposición de fotos sobre la vida y obra del insigne investigador.
Antes de entregar las Ayudas, Santiago Ramón y Cajal Agüeras, sobrino biznieto del Premio Nobel, catedrático de Anatomía Patológica de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina de España, impartió la conferencia «Implementación de la medicina de precisión. Perspectivas y desafíos».
En la charla, detalló qué se entiende por medicina de precisión, principalmente en el ámbito de la oncología, y perfiló las vías para alcanzar la mayor excelencia en el diagnóstico de la patología tumoral,
«España es la décima potencia mundial en producción científica», pero hay margen de mejora
Durante 2023 se celebrará el 170 aniversario del nacimiento del célebre investigador
así como algunos avances y perspectivas en el tratamiento.
Las dificultades de Cajal
Como es bien sabido, el Premio Nobel tuvo que autofinanciar sus investigaciones, contando con el único apoyo de su familia, hasta que viajó a Madrid con 40 años.
Por ello, consciente de la necesidad de apoyar a los jóvenes, Ramón y Cajal se implicó en la búsqueda de soluciones sostenibles para fomentar la ciencia y la investigación científica en España.
En su testamento quedaron establecidos cuatro legados: uno con destino a la Facultad de Medicina de Zaragoza, otro a la misma Facultad de Madrid, otro a la Academia de Medicina de Madrid; y otro con destino al premio «Cajal» de la Academia de Ciencias de esta misma villa. Los legados eran de veinticinco mil pesetas nominales cada uno, «quedando depositado al efecto en valores públicos la suma de cien mil pesetas nominales en el Banco de España para, con su importe, establecer por el presente testamento las siguientes fundaciones o premios», rezaba el documento.
La Cátedra Cajal nació el pasado mes de abril, creada por la Universidad de Zaragoza, junto con la Fundación Hospital Universitario Valld’ Heb ron, la Fundación Merck Salud y la Fundación Sociedad Española de Anatomía Patológica, y con Janssen como entidad colaboradora.