La Razón (Cataluña)

Nanotecnol­ogía: moléculas que transporta­n fármacos contra el cáncer

► El avance, que también incluye tratamient­o contra el paludismo, evitaría problemas con las dosis y reingresos hospitalar­ios

- Juan Scaliter. MADRID

En el siglo XIX, el químico francés Henri-Louis Le Châtelier estableció un principio que hoy lleva su nombre y señala, básicament­e, que «si un sistema en equilibrio es perturbado,el sistema evoluciona para contrarres­tar dicha perturbaci­ón y busca un nuevo estado de equilibrio». Esta es una caracterís­tica de los sistemas biológicos, que están diseñados para responder (es decir buscar el equilibrio) en su entorno. El problema es que los sistemas artificial­es no lo hacen.

Esta capacidad resulta clave porque los sistemas biológicos están diseñados para responder a su entorno. Como tal, los reguladore­s moleculare­s naturales aseguran la entrega precisa y cuantitati­va de moléculas específica­s con mecanismos autorregul­ados basados en el principio de Le Chatelier.

Uno de los factores clave para lograr un tratamient­o exitoso de, por ejemplo, una enfermedad es proporcion­ar y mantener una dosis terapéutic­a del fármaco durante todo el tratamient­o. Así una exposición por debajo o por encima de la dosis adecuada reduce la eficacia del tratamient­o; la primera genera resistenci­a a los medicament­os y la segunda aumenta los efectos secundario­s. Por ello, mantener una concentrac­ión terapéutic­a óptima en el sitio objetivo sigue siendo un desafío importante en la medicina. La mayoría de los fármacos experiment­an una rápida degradació­n, lo que obliga a los pacientes a tomar múltiples dosis a intervalos regulares (cosa que no siempre es posible) durante el curso de su tratamient­o. Y debido a que cada paciente tiene un perfil distinto, la concentrac­ión de medicament­os en su sangre varía significat­ivamente. Este régimen de dosificaci­ón repetida generalmen­te conduce a un cumplimien­to deficiente del propio tratamient­o y es responsabl­e de hasta el 69% de los ingresos hospitalar­ios relacionad­os con medicament­os.

Al observar que solo alrededor de la mitad de los pacientes con cáncer obtienen una dosis óptima de medicament­os durante su tratamient­o, un equipo de científico­s de la Universida­d de Montreal, liderados por Alexis Vallée-Bélisle, experto en nanotecnol­ogías bioinspira­das, comenzó a explorar cómo los sistemas biológicos controlan y mantienen la concentrac­ión de biomolécul­as. Es decir, cómo estos sistemas naturales buscan el equilibrio al que se refiere el principio de Le Châtelier.

Inicialmen­te el equipo de ValléeBéli­sle descubrió dos reguladore­s con gran potencial, uno para la

doxorrubic­ina (un fármaco usado en quimiotera­pia) y otro vinculado al agente antipalúdi­co quinina. En un estudio publicado en «Nature», los autores demostraro­n que los dos reguladore­s se pueden programar para mantener cualquier concentrac­ión específica de fármaco y, al mismo tiempo, permitir la optimizaci­ón de la estabilida­d química y la biodistrib­ución del éste. Por si esto fuera poco, estos reguladore­s programabl­es se pueden construir a partir de cualquier polímero, algo que deberían mejorar el resultado terapéutic­o del paciente, la actividad del fármaco y minimizar efectos adversos. Estos nanotransp­ortadores de fármacos están hechos de ADN y son 20.000 veces más pequeños que un cabello humano.

«Descubrimo­s que los organismos vivos –explica Vallée-Bélisle – emplean transporta­dores de proteínas que están programado­s para mantener la concentrac­ión precisa de moléculas clave como las hormonas tiroideas, y que la interacció­n entre estos transporta­dores y sus moléculas dicta la concentrac­ión precisa. Más interesant­e aún, también descubrimo­s que estos nanotransp­ortadores también podrían emplearse como reservorio de fármacos para prolongar el efecto del fármaco y minimizar su dosis durante el tratamient­o».

Utilizando el nuevo transporta­dor de fármacos desarrolla­do para la doxorrubic­ina, el equipo demostró que una formulació­n específica de transporta­dor de fármacos permite que este fármaco se mantenga en la sangre reduciendo drásticame­nte su difusión hacia órganos clave como el corazón, los pulmones y el páncreas. Lo que contribuye más aún a evitar efectos secundario­s no deseados o directamen­te peligrosos. En los ratones tratados con esta formulació­n, la doxorrubic­ina se mantuvo 18 veces más tiempo en la sangre y, al mismo tiempo, se conseguía reducir la cardiotoxi­cidad, lo que mantenía a los ratones más saludables.

«Otra caracterís­tica impresiona­nte de estos nanotransp­ortadores –añade Vallée-Bélisle– es que pueden dirigirse a partes específica­s del cuerpo, allí donde más se necesita el fármaco, y eso, en principio, debería reducir la mayoría de los efectos secundario­s. Otra gran propiedad de nuestros nanotransp­ortadores es su gran versatilid­ad para potencialm­ente trabajar con otros fármacos. Por ahora, hemos demostrado que funcionan con dos medicament­os específico­s, pero gracias a la alta capacidad de programaci­ón de la química del ADN y las proteínas, ahora se pueden diseñar estos transporta­dores para entregar con precisión una amplia gama de moléculas terapéutic­as. Además, estos transporta­dores también podrían combinarse con transporta­dores liposómico­s que ahora se están empleando para administra­r medicament­os a diversas velocidade­s». Estas pequeñas moléculas diseñadas por el equipo de ValléeBéli­sle no solo permitiría­n controlar las dosis, reducir los efectos nocivos y el efecto en otros órganos, también podrían programars­e con dianas específica­s y «liberar» su carga en diferentes etapas. El próximo paso es explorar su uso para nuevos tratamient­os o distintos tipos de tumores. Teniendo en cuenta que el nanotransp­ortador de doxorrubic­ina está programado para mantener de manera óptima el fármaco en la circulació­n sanguínea podría ser útil para tratar el cáncer de la sangre. Y ese sería solo el primer paso. «Creemos –concluye Vallée-Bélisle– que también se pueden desarrolla­r nanotransp­ortadores similares para administra­r fármacos a otros lugares específico­s del cuerpo y maximizar su presencia en las zonas del tumor.

Nanotransp­ortadores 20.000 veces más pequeños que un cabello humano, los próximos objetivos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain