¿Y si nosotros fuésemos el peor de los diluvios?
Dolores Redondo inicia un nuevo ciclo narrativo con esta obra ambientada en Bilbao y que sigue las aventuras del policía Noah Scott Sherrington
Después de «Trilogía del Baztán», la autora inaugura un nuevo ciclo narrativo con «Esperando al diluvio». En esta ocasión establece la acción en Bilbao y cuenta con un nuevo protagonista, el policía Noah Scott Sherrington, de una personalidad tan atractiva como atormentada. Pero hay algo en su discurso narrativo que mantiene inalterable: su obsesión por denunciar el mal que se cierne sobres los inocentes.
Entre 1968 y 1969, el asesino en serie al que la Prensa sensacionalista bautizaría como John Biblia mató a tres mujeres en Glasgow con idénticas características: morenas, de entre 25 y 32 años, y en plena menstruación. Jamás fue identificado y el caso todavía sigue abierto. En estas páginas, situadas
situadas a principios de los 80, el investigador de policía escocés logra atrapar a John Biblia en pleno enterramiento de una de sus últimas víctimas... pero un paro cardíaco en el último momento le impide arrestarlo. Con un pronóstico de pocos meses de vida, el investigador seguirá su pista hasta el Bilbao de 1983, pocos días antes de que un diluvio arrase la ciudad. Pero esa inundación, en ese momento específico, no solo proviene de la climatología, sino que al agua se le suman una efervescencia política, social y cultural de grandes proporciones: la presencia de la heroína en las calles, el terrorismo de ETA, el comienzo del despliegue de la Ertzaintza... Lo que podría resumirse en que el diluvio somos todos nosotros.
Cotidianeidad y «noir»
Se trata de una ficción muy bien armada, puesto que la posibilidad de que el asesino en serie acabe en Bilbao no es del todo descabellada por la relación que siempre ha existido entre la capital vizcaína y Reino Unido. En cuanto a la prosa de Redondo, sigue en su línea: proteica, exuberante y pródiga en detalles. Si estamos solos en nuestras cabezas, Redondo no lo está menos en un Bilbao que se ha explicado de muchas formas, pero que en esta obra lo hace combinando la cotidianeidad y el «noir» de manera compacta.