El régimen tendrá que rectificar
Hemos asistido a la mayor muestra de disidencia pública en décadas en China. ¿Retrocederán las autoridades chinas en su estrategia de «Covid cero»?
Xi Jinping y el resto de los dirigentes del Partido Comunista Chino se enfrentan a un gran dilema. Hay una gran presión para que se aparten de las políticas de «Covid cero», y la ha habido durante algún tiempo dado su impacto en los negocios en medio de una economía ya débil. Incluso antes de las protestas, estaba claro que las autoridades habían intentado ajustar sus políticas y estaban probando formas de cierre más limitadas y específicas en algunas ciudades. Pero un cambio radical de política hacia la tolerancia de la propagación del virus, como ha hecho el resto del mundo, también tendría un coste importante: en términos de vidas, impacto económico por la enfermedad e incluso, vergüenza para el régimen. Sería más difícil que el PCCh se presentara como el campeón mundial de la contención del covid. En cualquier caso, el esfuerzo por llevar a cabo cierres limitados parece estar fracasando, y el virus se está extendiendo más que nunca en China desde el brote de Wuhan. Creo que al PCCh no le queda más remedio que dar marcha atrás en la contención de la covid. Los nuevos cierres draconianos apenas parecen sostenibles, especialmente teniendo en cuenta las protestas.
Después de tantas detenciones, ¿se detendrán las manifestaciones?
Aunque las protestas locales a pequeña escala, normalmente centradas en quejas económicas, no son en realidad raras en China, el PCCh tiene una gran experiencia en contener y canalizar dichas protestas, y un amplio repertorio de medios para hacerlo. La presión sobre los líderes locales para frenar las protestas es seguramente muy intensa en estos momentos. Yo apostaría a que las protestas serán reprimidas, aunque a costa de un mayor antagonismo y resentimiento.