El terror nuclear como propaganda
¿Son realistas las amenazas nucleares de Putin?
Tres semanas antes del comienzo de la invasión, escribí lo siguiente: «Si Ucrania es atacada por las fuerzas rusas que se han reunido al norte, este y sur de sus fronteras, Europa podría enfrentarse a la guerra más grande que ha visto desde 1945. […] Estas operaciones irían acompañadas de una amplia señalización nuclear para subrayar la determinación de Rusia y disuadir a la OTAN de intervenir, no es que los Estados de la OTAN hayan sugerido de ninguna manera que desplegaría tropas de combate en Ucrania. […] Esto no sería una guerra nuclear, sino una guerra con una dimensión nuclear innegable». Las amenazas nucleares son una característica estándar del libro de jugadas de la política exterior rusa. Por un lado, las armas nucleares son el único dominio en el que la Federación Rusa está a la altura de Estados Unidos; en todos los demás dominios, en el mejor de los casos, es una potencia de segundo nivel, acercándose al estatus de socio menor de China. El riesgo de una escalada nuclear, deliberada o inadvertida, ha aumentado por los fracasos de Rusia en el campo de batalla. Pero todavía es extremadamente remoto y no está ni cerca de donde estaba en la crisis de los misiles en Cuba de 1962.
¿Veremos el uso de una bomba sucia?
Creo que esto es muy poco probable. El uso de una bomba sucia por parte de Rusia, que no produce una reacción nuclear sino que dispersa material radiactivo sobre un área, tendría como objetivo crear terror entre la población ucraniana y los socios internacionales de Ucrania. Y a pesar del tremendo daño que produciría, no sería tan escalofriante como un arma nuclear. Pero veo la campaña actual de «bomba sucia» que Rusia está promoviendo en todos los canales como un intento de sacudir a Occidente, para ver hasta dónde puede llevar esta narrativa hasta encontrar resistencia. Si las reacciones iniciales de los líderes ucranianos e internacionales son una indicación, nadie está comprando las acusaciones de bomba sucia de Rusia.
¿Cambiará la movilización rusa la situación militar sobre el terreno?
Eso es difícil de decir todavía. Es probable que la movilización haya ayudado a los rusos a frenar los avances ucranianos en algunos lugares: han estado tapando agujeros en sus líneas con tropas mal entrenadas y mal equipadas. Algunas tropas movilizadas han sido enviadas a Bielorrusia para entrenamiento y ejercicios, lo que sugiere que no queda mucha capacidad en Rusia para preparar a estas personas para el combate. La mayoría de sus formaciones ya están en el teatro de operaciones y moverlas para entrenar a nuevos reclutas debilitaría a las fuerzas armadas rusas en Ucrania.