Desprecio ante la evidencia
HaHa sido una magnífica idea traer a España al profesor Frank R. Lichtenberg, referente mundial en economía de la salud. Y ha sido una torpeza por parte de la todavía ministra de Sanidad, Carolina Darias, declinar la invitación del nuevo presidente de Farmaindustria, Jesús Ponce, para asistir a su intervención en un acto abarrotado de investigadores, analistas y todo tipo de cargos de la industria farmacéutica, en la Fundación Areces. Como comentaba un veterano periodista, «estos mensajes de Lichtenberg los tendría que haber escuchado la ministra; a ver si alguien se los traslada…». Me tomo la libertad de hacerlo en este espacio, sintetizando lo que dijo sobre el aumento de años de vida en pacientes oncológicos, gracias a la investigación privada. Concretamente destacó que la inversión en investigación y desarrollo de nuevos fármacos está ligada a un beneficio en la salud de los pacientes y, además, a una reducción de costes que beneficia el sistema.
El profesor Lichtenberg adelantó los resultados de un estudio que ha llevado a cabo sobre el impacto de los fármacos innovadores en el tratamiento de pacientes oncológicos entre los años 1999 y 2016. Hizo hincapié en que la comercialización de nuevos medicamentos oncológicos, en España, ha conseguido aumentar la esperanza de vida de estos pacientes. En números totales -destacó–, esta mejora en la esperanza de vida se tradujo en una reducción del 29,2% en el número de fallecimientos por cáncer en 2016, es decir, 42.132 muertes menos. Dicho de otra forma: cuanto más moderno es el arsenal terapéutico contra un tipo de cáncer, menos muertes prematuras se producen. No puede estar más claro, aunque no le interese ya, ministra.