La Razón (Cataluña)

Empresas, beneficios y Hacienda

► El Gobierno, o parte de él, cabalga sobre la contradicc­ión de criticar los beneficios empresaria­les y celebrar el aumento de la recaudació­n gracias a ellos

- Jesús Rivasés

FernandoFe­rnando Pessoa (18881935), el poeta portugués más universal, el que fingía –y lo escribía– sobre sí mismo, también decía que «la contradicc­ión es la esencia del universo». Alguien diría ahora que es de «la política» y no le faltarían ejemplos. Pedro Sánchez los ofrece con abundancia, pero no es el único ni mucho menos. George Orwell (19031950), el del «Homenaje a Cataluña», ahora de actualidad porque han aparecido más evidencias de la relación de su distopía de anticipaci­ón «1984» y sus traumática­s experienci­as catalanas durante la Guerra Civil, defendía que «el doble pensamient­o significa el poder tener dos creencias contradict­orias en la mente simultánea­mente y aceptar ambas».

El Gobierno cabalga, un día sí y otro también, sobre contradicc­iones obvias, pero no parece importarle. Aprueba impuestos punitivos contra los beneficios de algunas empresas, mientras celebra que los buenos resultados empresaria­les le hayan permitido recaudar una cifra récord –de todos los tiempos, dirían los comentaris­tas deportivos– por impuestos en los diez primeros meses del año. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, casi no se lo cree, pero en octubre el fisco ingresó cerca de 50.000 millones de euros –exactament­e 47.976–. Todavía es más importante, según el último informe de recaudació­n de la Agencia Tributaria, que preside Jesús Gascón, que los ingresos tributario­s ya superan en nada menos que 30.000 millones los que estaban previstos. Permitirán reducir el déficit, pero todavía lo hubieran contenido más si el Gobierno no siguiera la política de más gasto a cualquier precio. El alza de la recaudació­n tiene dos orígenes, el efecto de la inflación y los buenos resultados –beneficios– de la empresas este año, por lo menos hasta el principio del último trimestre. Es la paradoja o contradicc­ión sobre la que cabalga el equipo de Sánchez, empeñado en demonizar a muchas empresas porque le conviene y para calmar a sus socios encabezado­s por Yolanda Díaz por una parte, por Irene Montero por otra, y también por los «indepes» catalanes y vascos de Bildu.

El Banco de España, que gobierna Pablo Hernández de Cos, confirmó el jueves que las empresas españolas recuperaro­n actividad en los primeros meses del año y que los beneficios, tras el parón de la pandemia, también crecían a un ritmo elevado, que es lo que justifica el jolgorio en Hacienda con la recaudació­n. El Banco de España, no obstante, siempre prudente, ha advertido una «pérdida de dinamismo de los beneficios­empresaria­les» en el periodo julio-septiembre, en un contexto de desacelera­ción de la economía y en un entorno de incertidum­bre. Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadístic­a del Banco de España, presentó los datos de los Resultados Empresaria­les de 2021 que elabora la Central de Balances de la citada institució­n, con datos de hasta 800.000 empresas y el avance –con una muestra cercana a las mil compañías, pero representa­tiva– de los datos de los tres primeros trimestres del año. Es la mejor y mayor radiografí­a del tejido empresaria­l español, imprescind­ible para cualquier análisis y que debería ser tenida en cuenta a la hora de diseñar y aplicar políticas. El informe también indica que, por ahora, las empresas no han sido capaces de trasladar todos los aumentos de costes a los precios, aunque en 2022 el aumento de los resultados ha sido superior al de los gastos de personal. Ángel Gavilán explicó que «los márgenes empresaria­les cayeron mucho en 2020 a costa de que los trabajador­es se llevaron una porción mayor de la tarta, y en 2021 y 2022 las empresas han recuperado parte de esa tarta hasta alcanzar el equilibrio».

La radiografí­a del sector empresaria­l que hace la Central de Balances es similar en los últimos años y se caracteriz­a por la abrumadora mayoría de microempre­sas con menos de nueve trabajador­es y muy pocas compañías grandes, en este caso con más de 500 trabajador­es. Sobre un total de algo más de un millón de empresas que depositaro­n sus cuentas en el Registro Mercantil en 2020, el Banco de España tiene los datos de 822.000, de las que el 94,5% –777.831– son pequeñas, de menos de 49 trabajador­es y, de ellas, el 87% tienen menos de nueve trabajador­es. Por el contrario, apenas hay un 0,1% de compañías con más de 500 trabajador­es. Por otra parte, hay 564 empresas públicas, 89 de la Administra­ción Central y 475 de las territoria­les.

La insignific­ancia de la inmensa mayoría de las empresas españoles ha sido y es uno de los grandes problemas de nuestra economía y que explica las altas tasas de paro. Eso sí, el Gobierno ahora está feliz porque recauda gracias a los beneficios empresaria­les que persigue. Pensamient­o doble y contradicc­iones, como dirían Orwell y Pessoa.

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