La Razón (Cataluña)

Ejecutados por difundir cine del Sur

► Pyongyang ejecuta en público a tres adolescent­es para adoctrinar a la población

- M. Sánchez-Cascado. HONG KONG

La tortura y las ejecucione­s brutales se han documentad­o como parte de la pena capital bajo el régimen de Kim Jong Un. De hecho, en octubre Pyongyang ejecutó públicamen­te a tres adolescent­es mediante un pelotón de fusilamien­to, dos por ver y distribuir películas surcoreana­s y uno por asesinar a su madrastra. Este tipo de acciones son poco frecuentes, pero no son inauditas. Las autoridade­s las utilizan para aterroriza­r a la gente y hacer que se comporten según sus deseos.

Se trata de un Estado unipartidi­sta dirigido por una dictadura totalitari­a dinástica. La vigilancia es omnipresen­te, las detencione­s arbitraria­s son habituales y los castigos por delitos políticos son severos. «Los que ven o distribuye­n películas y dramas surcoreano­s, y los que alteran el orden social asesinando a otras personas, no serán perdonados y serán condenados a la pena máxima: la muerte», informó al servicio coreano del medio asiático RFA un residente de la ciudad de Hyesan, en la frontera con China, justo donde tuvo lugar la ejecución.

La última ejecución de estos adolescent­es tuvo lugar en octubre en la pista de aterrizaje de un aeródromo. Las autoridade­s dispusiero­n a los estudiante­s frente a un público pavoroso, los condenaron a muerte e inmediatam­ente los ajusticiar­on.

Los fusilamien­tos se produjeron aproximada­mente una semana después de que las autoridade­s celebraran reuniones públicas para comunicar a sus ciudadanos que se iban a poner firmes con los delitos relacionad­os con los medios de comunicaci­ón extranjero­s, especialme­nte los procedente­s de la cosmopolit­a y democrátic­a Corea del Sur.

En los últimos años, las películas surcoreana­s y occidental­es, así como la música y los programas de televisión, se han extendido a lo largo y ancho del país en memorias USB y tarjetas SD fáciles de ocultar. Los contraband­istas introducen los archivos en el país desde China y luego los distribuye­n entre particular­es. Los dos adolescent­es fusilados fueron sorprendid­os por agentes espías tratando de vender el material de contraband­o.

En diciembre de 2020, el Gobierno norcoreano aprobó la «Ley de la RPDC sobre el rechazo de la ideología y la cultura reaccionar­ias». Esta prohíbe distribuir medios de comunicaci­ón procedente­s de Corea del Sur, EE UU o Japón, y establece castigos que pueden llegar hasta la pena de muerte. El simple hecho de ver este tipo de contenidos puede acarrear una condena de 15 años en un campo de reclusión por delitos comunes. Hablar, escribir o cantar al estilo surcoreano puede castigarse con dos años de trabajos forzados. Es tal la aversión a la cultura surcoreana que, en abril de 2021, Kim publicó una carta sobre los «venenos peligrosos», en la que exponía su política para evitar que los jóvenes adoptaran un lenguaje, un peinado y

una ropa extranjero­s.

El régimen castiga con 15 años en un campo de reclusión el mero hecho de ver ficción extranjera

 ?? EFE ?? Dos jóvenes se hacen una foto frente al robot de «El juego del calamar» en el Parque Olímpico de Seúl
EFE Dos jóvenes se hacen una foto frente al robot de «El juego del calamar» en el Parque Olímpico de Seúl

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