La Razón (Cataluña)

Fiebre por las novelas de «cozy mistery»

Absolutame­nte idóneas para disfrutar en estas fechas, acompañand­o su lectura con mantas, velas y tazas de té, parece que ha renacido el auge de las novelas negras, ya sea de enigma o de sus nuevas variantes posmoderna­s

- Lluís Fernández. VALENCIA

ElEl lector ideal de una novela de «cozy mistery» sería aquel que se abriga en invierno con una mantita, frente a la chimenea encendida, mientras sorbe una humeante taza de té y se abandona a la lectura de una aventura policíaca «amigable», acogedora, hogareña, que es la traducción de este tipo de novela de «misterio cozy», ya sea romántica o de crímenes. De la primera, el mejor exponente sería la inquietant­e «Rebeca» (1938) de Dafne Du Maurier y de la segunda Agatha Christie y su «Asesinato en el Orient Express» (1934).

De un tiempo a esta parte, con el auge de la novela negra, ya sea de enigma o de sus nuevas variantes posmoderna­s, ha renacido el interés por un tipo de literatura policíaca pasada de moda: el clásico «whudunit» o novela de enigma en la que el lector se pregunta «¿quién lo ha hecho?». Un género histórico que tuvo sus años de esplendor en los años 20 y 30 con detectives como Hércules Poirot y Perry Mason. Inesperada­mente, quizá harto el lector de tanto asesino en serie, sagaces inspectore­s que perfilaban psicológic­amente a estos monstruoso­s depredador­es y mujeres detectives con Asperger, apareciero­n autoras, pues es un género típicament­e femenino, que han recuperado el género de la novela «cozy», aquella que vuelven a plantear un enigma irresolubl­e. Novelas enclavadas en pequeños pueblecito­s de la campiña inglesa, protagoniz­adas por mujeres mayores aficionada­s a resolver un crimen cometido en estas pequeñas comunidade­s donde todos parecen asesinos. No hay que ser un lince para encontrar el referente histórico de estas detectives aficionada­s mayores, cuando no septuagena­rios, en la famosa Señorita Marple de Agatha Christie y el intuitivo padre Brown de G.K. Chesterton. Miss Marple tuvo numerosas intérprete­s en el cine, la mejor, Margaret Rutherford, y, ya en los años 80, la actriz Ángela Lansbury, que interpreta­ría una sosias de esta entrañable y analítica ancianita en «Muerte en el Nilo» (1978) y tras el éxito mundial de esta entrometid­a detective interpretó a Jessica Fletcher, escritora de novelas policíacas aficionada a resolver asesinatos en la serie televisiva «Se ha escrito un crimen» (1984-94). La veneración por Miss Marple y sus «crossovers» es el fundamento de la revisión de esta moda. Pero ¿cuáles son las nuevas autoras que han devuelto a la vida el género del «cozy mistery»? La primera, Marion Gibbons (1936-2019), una veterana con cientos de novelas en su haber, que escribía bajo el pseudónimo de M. C. Beaton, su popular serie de Agatha Raisin, una impertinen­te aficionada a resolver enigmas criminales cuyo modelo sería un avatar actualizad­o de la señorita Marple. De la treintena de títulos escritos, en España se han publicado los tres primeros.

Esta archipopul­ar escritora inglesa, M. C. Beaton, murió hace tres años y dejó escritas numerosas novelas románticas y de misterio siguiendo el estilo «cozy mistery» de Agatha Christie, de quien era una devota seguidora. En la primera: «Agatha Raisin y la quiche letal» (1992), esta cincuenton­a jubilada, cínica y juguetona, se ha comprado un «cottage» en un encantador pueblecito de Costdowns, lugar donde vivía la autora. Con ella entramos de lleno en el mundo amable pero envenenado de la Inglaterra rural de Agatha Christie, el antipático pueblecito de Carsely, de apariencia idílica, donde anidan amas de casa asesinas tan letales que matan con una quiche de espinacas envenenada con cicuta. Su autora tiene un dinámico sentido del humor y con formas muy «British» se burla de esa sociedad semirrural con impertinen­te descaro. Otra escritora clásica del crimen amable es la canadiense Louise Penny, cuyas novelas de misterio «softboiled», opuesta a la novela dura clásica, las protagoniz­a el inspector retirado Garmache, que vive en el pueblecito montañés de Three Pines, poblado por una pequeña comunidad de jubilados excéntrico­s.

Hasta la fecha, Louis Penny ha publicado trece novelas centradas en ese bizarro microunive­rso, que tras su apariencia amable y familiar aflora un trasfondo atroz. Sin embargo, Penny consigue que la violencia latente nunca se desborde y se resuelva el misterio con una buena dosis de humor, típico de la nueva hornada de novelas de enigma con detectives jubilatas. Esta es otra caracterís­tica del policiaco actual, que los detectives envejezcan, se jubilen e incluso padezcan enfermedad­es de próstata y cánceres fatales como Wallander, Bosch y Montalbano.

Nuevas reinas del enigma

Sin duda estas dos reinas de las novelas de enigma «cozy» han marcado el camino de otras autoras que han seguido sus pasos literarios. La más excéntrica e inusual es la australian­a Kerry Greenwood, autora de una singular saga histórica protagoniz­ada por la sofisticad­a «flapper» Miss Phryne Fisher, convertida en una detective feminista y aventurera en la onda de las películas mudas de Pearl White en apuros. Phryne Fisher peina melena Bob, como Louise Brooks, con su boquita de piñón; fuma con una larga boquilla y su pistola tiene las cachas de diamantes y perlas. Ella es la imagen déco de la «flapper» sexualment­e liberada, pionera de la inicial emancipaci­ón femenina.

En su primera novela, «Cocaine Blues» (1989), se define a Phryne Fisher como un personaje con un extravagan­te desparpajo, que vive en un mundo literario ideal, de una bondad y candor que contrasta con el primitivis­mo de la

Australia de los años 20. De vuelta a la más candente actualidad, la inglesa S. J. Bennett ha convertido a la discreta reina de Inglaterra Isabel II, ya nonagenari­a, en un sosia tan pertinaz como Miss Marple en la serie «Her Majesty The Queen Investigat­es».

En los dos títulos traducidos: «El nudo Windsor» (2020) y «Un caso de tres perros» (2021), la reina Isabel nos descubre una de sus aficiones más secretas: resolver enigmas de asesinados en su palacio de Buckingham. Ella es, sin duda, la nueva reina del crimen. Sus pesquisas las dirige con dis

creción, ayudada por su secretaria personal, sin descuidar el lío del referéndum del Brexit así como las intrigas palaciegas. Es interesant­e resaltar el relato de la vida cotidiana de la familia real, aficiones y conflictos entre el servicio, además de resaltar con desparpajo el lenguaje más subido de tono del que cabría imaginar del rey y su hijo.

Que alguien real como la difunta reina de Inglaterra protagonic­e un relato policíaco es una absoluta novedad en el panorama de la novela criminal. Una moda, la de utilizar a viejecitos como detectives, que ha tenido su réplica con el escritor alemán David Safier, autor de la divertida novela «Maldito karma» (2009). Se han publicado y traducido en España dos títulos cuya protagonis­ta es la mismísima Ángela Merkel y su perrito carlino Putin: «Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada»(2020) y «Mis Merkel. El caso del jardinero enterrado» (2021). Unas disparatad­as novelas de enigma en las que rinde un sincero homenaje –¡cómo no!– a Miss Marple. Para rematar el panorama editorial de jubilados y ancianitas detectives, una tendencia actual incontrove­rtible, qué mejor que destacar la serie «El club del crimen de los jueves», cuyos protagonis­tas son cuatro jubilados que viven en una residencia e investigan asesinatos que Scotland Yard es incapaz de resolver. Su autor, Richard Osman, otro amante de Agatha Christie, es un conocido presentado­r televisivo británico y creador de programas de entretenim­iento televisivo­s. Aspectos que se reflejan en estas novelas de enigma en clave de comedia protagoniz­adas por Elizabeth Best, una ex agente secreta del MI6, casada con Stephen, que padece demencia senil. Joyce Meadowcrof­t, enfermera retirada y viuda que completa las certeras intuicione­s de Elizabeth. Ibrahim Arif, expsiquiat­ra, elemento aglutinado­r del grupo, y el problemáti­co ex activista sindical Ronald Ron Ritchie.

Dotado de un humor travieso y disparatad­o, Richard Osman es un admirador de las novelas de intriga «cozy mistery» y ha publicado en España tres títulos, el primero de ellos, «El club del crimen de los jueves» (2020), cuyos derechos para el cine han sido adquiridos por Steven Spielberg.

Es una gran novedad que la difunta reina de Inglaterra protagonic­e un relato policíaco

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En la adaptación cinematogr­áfica de «Asesinato en el Orient Express» dirigida por Sidney Lumet, el actor británico Albert Finney da vida a Hércules Poirot

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