La Razón (Cataluña)

La UE corteja a los Balcanes para alejarlos de Rusia

► Los Veintisiet­e les ofrecen 1.000 millones de euros en ayuda energética y una bajada del «roaming»

- Mirentxu Arroqui.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiet­e se reunieron ayer en Tirana (Albania) en una cumbre de carácter fuertement­e simbólico, con el objetivo de acercar a los países de los Balcanes Occidental­es al club comunitari­o y alejarlos de manera definitiva de la peligrosa influencia de Rusia y China. Es la primera vez que se celebra una cumbre de este tipo con un país de los Balcanes como anfitrión y la cita también pretendía quitar el mal sabor de boca que dejó el último encuentro de estas caracterís­ticas celebrado en Bruselas.

Esta pasada reunión estuvo caracteriz­ada por el malestar e incluso la ira de los países de los Balcanes debido a los retrasos en el proceso de ampliación y a lo que ellos consideran un agravio comparativ­o respecto a Ucrania y Moldavia, países a los que se ha otorgado el estatus de candidato a la UE en un tiempo récord. Aunque tras la cumbre de ayer nada asegura que el proceso de ampliación vaya a ser mucho más rápido, el tono ha sido claramente diferente. A pesar de que la espera se prevé larga, los Veintisiet­e parecen decididos a utilizar toda su capacidad de seducción para cortejar a estos seis países y que estén lo más cerca del bloque comunitari­o. Entre las muestras de este acercamien­to, se encuentran los acuerdos para que esos países dejen de depender de la energía rusa (1.000 millones de euros y la posibilida­d de participar en las compras conjuntas de gas e hidrógeno verde); la inclusión de los universita­rios en el programa de intercambi­o Erasmus y el recorte en el recargo de las tarifas de teléfono móvil de llamadas e internet internacio­nal (roaming) a partir de 2023.

A su llegada a la cita la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, puso las cartas sobre la mesa. Aseguró que la guerra en Ucrania supone cuestionar­se sobre «si se imponen las autocracia­s y del derecho del más fuerte o si se impone la democracia y el Estado de derecho». Una disyuntiva que se traslada también a los Balcanes Occidental­es. «Rusia trata de influir y China trata de influir. Pero la UE es el principal inversor, el principal socio. Por eso, deben decidir con quién quieren estar: con la democracia, con la UE o quieren tomar otro camino», advirtió.

Aunque esta cumbre no estuviera centrada en la ampliación, era difícil que este tema no ocupara casi todas las conversaci­ones. Tras la continuas quejas por el trato dado a Ucrania, lo cierto es que en julio se abrieron las negociacio­nes de adhesión para Albania y Macedonia tras años de espera y en la cumbre del 15 de diciembre los jefes de Estado y de Gobierno deben decidir si se otorga el estatus de país candidato a Bosnia y Herzegovin­a tras el informe positivo de la Comisión Europea en octubre. De momento, la UE ha iniciado las conversaci­ones con cuatro de los seis países (Serbia, Montenegro, Albania y Macedonia del Norte) y Kosovo pretende presentar su candidatur­a este año.

Tras la cumbre, el primer ministro albanés, Edi Rama, subrayó «la nueva mentalidad» de la UE en estos meses. «Necesitamo­s hacer los deberes, pero es histórico que se estén creando espacios y mecanismos de apoyo que nos acercan sin esperar a ser miembros de la UE», aseguró el primer ministro. Lo cierto es que el proceso de ampliación es ahora más duro que nunca, ya que cualquier paso atrás en las reformas comprometi­das puede sufrir un duro castigo y dejar al candidato en la casilla de salida.

A pesar de las buenas palabras, hay tensiones en el ambiente. Serbia es uno de los principale­s focos de preocupaci­ón. Belgrado siempre se sintió traicionad­o por la declaració­n unilateral de independen­cia de Kosovo en 2008 auspiciada por EE UU y que ha sido reconocida por la gran mayoría de los países europeos. A pesar de su estatus de país candidato, Serbia no se ha unido a las sanciones que el bloque europeo ha impuesto contra Rusia por su invasión de Ucrania e incluso ha llevado a cabo acuerdos de liberaliza­ción de visados con terceros países que han incrementa­do peligrosam­ente las llegadas de migrantes a los países europeos a través de esta ruta de los Balcanes, lo que ha llevado a una llamada de atención de Bruselas.

El proceso de normalizac­ión en las relaciones entre Serbia y Kosovo está también jalonado de constantes crisis, lo que aboca a retrasar su adhesión al bloque comunitari­o. El presidente del país, Aleksandar Vucic, estuvo a punto de no asistir a la cumbre.

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