Brecht, el paro y las evidencias
BertoldBertold Brech (1898-1956), escritor y dramaturgo alemán perseguido y acosado por Hitler, voceaba su lamento: «¡Qué tiempos estos, en los que hay que luchar por lo que es evidente!» Menos trágica, quizá, esa batalla sigue ahí. La discusión, que no es bizantina, sobre el verdadero número de parados enfrenta al Gobierno y a los expertos, incluidos numerosos socialistas. Hay un Reglamento de la Unión Europea, nº 1897/2000, que precisa la aplicación de otro, el nº 577/98, que fija la definición «operativa» de desempleo. «Durante la temporada baja –dice el Reglamento–, no se puede considerar que un temporero conserva su vínculo formal con su empleo de temporada alta. Un temporero no percibe ningún salario de su empleador, aunque reciba garantías de volver a trabajar. Si no trabajan durante la temporada baja, no se consideran desempleados si no es a condición de hallarse disponibles para trabajar y en busca de trabajo». Es decir, la Unión Europea determina que si el temporero –fijo discontinuo– quiere trabajar y busca empleo durante la temporada baja –cuando el empleador intermitente ni le ocupa ni le paga– debe– computarse como parado. En España, la búsqueda de trabajo equivale a inscribirse en el SEPE como demandante de empleo. No obstante, como apuntan distintos expertos, los criterios del paro registrado –es cierto que anteriores a la reforma– establecen que los fijos discontinuos no sean computados en el paro durante todo el año mientras su contrato esté vigente, trabajen o no trabajen y tampoco aunque se inscriban como demandantes de empleo para buscar una ocupación adicional que les permita obtener ingresos cuando son «discontinuos» y no perciben nada. En el ministerio de Trabajo alegan que no han cambiado las reglas y es cierto. Sin embargo, la opción de excluir de las cifras de paro registrado –y en cantidades muy elevadas– a un fijo discontinuo durante el periodo en el que no está ocupado –que puede ser una gran parte del año en algunos sectores–, va en contra de los criterios de la Unión Europea y del sentido común. Es decir, los datos del paro registrado no son reales, porque es evidente que los fijos discontinuos son parados cuando no trabajan, aunque haya que luchar por esa evidencia, como se quejaba Brecht