Denuncian que desaparece la Guardia Civil de Cataluña
► La asociación Jucil pide la dimisión del ministro del Interior, Fernando GrandeMarlaska, por la «insostenible situación» del cuerpo policial en suelo catalán
LaLa asociación Justicia para la Guardia Civil (Jucil) ha pedido la dimisión del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. El motivo es que ven en él un «cómplice» del intento del independentismo de «aniquilar» y «desmantelar» el instituto armado en Cataluña. Desde el «procés», siempre según Jucil, un millar de agentes ha dejado Cataluña.
El secretario general de Jucil, Ernesto Vilariño, y su responsable en la capital catalana, Milagros Cívico, explicaron ayer que desde que empezó el pulso separatista, los agentes de la Guardia Civil «malviven» en Cataluña por el «odio» de los independentistas, que les quieren «echar» de esta comunidad, con la complicidad del Gobierno, que acepta su desmantelamiento como «peaje político para mantenerse en el poder».
Todo ello fue ejemplificado por el hecho de que en los últimos años el Ministerio de Interior ha permitido el traspaso de competencias de la Guardia Civil a los Mossos d’Esquadra en materias tan diversas como son el servicio marítimo, o su exclusión en el centro operativo del servicio de emergencias 112, además del desmantelamiento del Grupo de Desactivación de Explosivos de Lleida o del Grupo de Rescate de Montaña de Puigcerdà.
Según los responsables de Jucil, los «escarnios» y el «odio» hacia los agentes de la Guardia Civil y sus familias en Cataluña, junto a la pérdida de competencias, han provocado que desde el «procés» cerca de un millar de agentes hayan buscado nuevos destinos donde puedan vivir y trabajar «sin el ambiente de crispación» que soportan en esta comunidad.
Las cifras hablan por sí mismas. De los 3.549 efectivos que la Guardia Civil tenía en 2019 en Cataluña, en los dos primeros años del Gobierno de Pedro Sánchez el instituto armado ha tenido 256 bajas en esta comunidad, que han ido aumentando hasta las mil, según Jucil. Las cifras más concretas, según Mila Cívico, portavoz de Jucil en Barcelona, se refiere al personal de la Guardia Civil en Cataluña, detallando que, de los 3.549 efectivos que se contabilizaban en 2019 –1.960 en Barcelona, 602 en Tarragona, 556 en Girona y 431 en Lleida–, la cifra descendió en 256 guardias civiles.
«El propio Ministerio del Interior reconocía a finales de 2021 un déficit de 804 agentes sobre el catálogo necesario para cubrir sus funciones. O lo que es lo mismo, el 20% de los puestos del instituto armado en Cataluña está vacante. Y ello sin contar con que muchos de los huecos se cubren cada año con alumnos en prácticas», lamentó.
Vilariño comentó, a este respecto, que Marlaska se comprometió personalmente con él, en enero de 2022, a acordar en breve la conversión de Cataluña como Zona de Especial Singularidad –como ocurre ocurre en el País Vasco, lo que comporta mejoras económicas y laborales para los agentes–, con el objetivo de hacer más atractivo el destino de Cataluña y recuperar efectivos. Pero, desde entonces el ministro no ha dado ningún paso adelante en este aspecto, por lo que ayer pidieron en Barcelona su dimisión, ya que consideran que Marlaska es como un «boxeador que ha sido noqueado» y que ha «perdido el control» del ministerio. Según Cívico, la situación en Cataluña para los agentes de la Guardia Civil es «un poco dramática», por lo que no es un «destino deseable» para otros compañeros, entre otros motivos por la «imposición» del catalán en la escuela, donde, según resaltó, la Generalitat ha reiterado que no cumplirá la sentencia del 25 por ciento.
A ello se le suma también el «acoso» que sufren los hijos de los agentes en sus colegios por el hecho de que sus padres sean guardias civiles o el retraso con el que la Generalitat les vacunó por el coronavirus, en un caso que está judicializado, lo que ha creado lo que definieron como un «ambiente hostil» que ha provocado que únicamente lleguen a Cataluña, y con traslados «forzosos», agentes que salen de la academia.
Para Cívico, si Marlaska no cumple con su compromiso y ayuda a hacer más atractivo el destino de Cataluña, la Guardia Civil «poco a poco» va a ir «desapareciendo» de esta comunidad.
Vilariño indicó que, «salvando las diferencias», si Cataluña fuese decretada una zona de especial singularidad, como ocurrió con el País Vasco durante los «años de plomo» de ETA, se podrían cubrir el millar de agentes que faltan, ya que actualmente únicamente permanecen los que tienen arraigo en esta comunidad. Un problema que no parece tener solución.