Fallece el fotógrafo Joan Guerrero Luque, maestro de periodistas
► A lo largo de su carrera colaboró con varios diarios como «El País», «Diario de Barcelona» o «El Observador», entre otros
Joan Guerrero Luque, un hombre comprometido y honesto, considerado por sus colegas como un «maestro de fotoperiodistas», falleció ayer a los 84 años de edad, según confirmaron a Efe fuentes próximas a la familia.
Nacido en Tarifa (Cádiz) el 21 de marzo de 1940, su nombre, sin embargo, va asociado a Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), ciudad a la que llegó a los 20 años y donde se estableció, iniciando colaboraciones, tras trabajar en diferentes oficios, en la revista Grama, en el año 1969. Referente para fotógrafos y periodistas de las nuevas generaciones, había contado que sus primeras fotografías las hizo en Tarifa con una caja de cerillas que transformó en una cámara oscura.
Aficionado al cine desde siempre, en su larga trayectoria colaboró con los diarios «El País», «Diario de Barcelona», «El Periódico de Catalunya», «La Vanguardia» y «El Observador». En su carrera, también hizo reportajes fotográficos por toda América Latina, realizó una cincuentena de exposiciones colectivas e individuales y publicó numerosos libros de fotografía, además de recibir en 2009 la Medalla
d’Or al Mèrit Artístic de Barcelona y el Premio Singladura que concede Òmnium Cultural en reconocimiento a la trayectoria de personas que contribuyen de «manera notable» a la vida cultural. En junio del año pasado, un total de 67 fotógrafos, entre los que Emilio Morenatti, Sandra Balsells, Samuel Aranda o Kim Manresa, participaron en la exposición «Guerrer@s» en la Escuela Industrial de Barcelona, una iniciativa solidaria de homenaje al fotógrafo, que también quería documentar la «compleja situación actual». A la vez, todos quisieron que la exposición y el libro que se publicó fueran «un reflejo de los valores éticos, fotográficos y solidarios que nos ha transmitido la obra y la vida de Joan Guerrero».
Y es que Guerrero siempre fijó su mirada en los márgenes, ya fuera en Santa Coloma, en barrios como la Mina o el Raval o en diferentes países latinoamericanos.
Cuando se presentó hace diez años el documental «La caja de cerillas», realizado por el fotógrafo de David Airob, Guerrero dejó claro que con la cámara lo primero que hay que ser es «persona, y después fotógrafo, así es como se consigue captar fotografías que tienen alma, vida y corazón». Junto con el escritor Javier Pérez Andújar pergeñó en 2014 el libro «Milagro en Barcelona», donde ambos uniedestacaban ron sus respectivas visiones sobre el fenómeno de la nueva inmigración en el siglo XXI y su impacto en el extrarradio barcelonés. En blanco y negro, como las películas que más le gustaban retrató las escenas cotidianas de hombres y mujeres llegados desde China, la India, Pakistán, de diferentes países caribeños o del cono sur americano hasta las ciudades metropolitanas barcelonesas.
En declaraciones a Efe, David Airob lamentó la muerte de un amigo, de «uno de los mejores fotógrafos y mejor persona». «Creo que hablo en nombre de todos los compañeros si digo que la admiración que sentíamos hacia Joan venía del hecho de que siempre nos enseñó que para afrontar el fotoperiodismo antes tienes que ser un ser humano, persona».