Sánchez y la madre de Puigdemont paralizan un lluvioso día de campaña
► El líder de Junts suspendió su agenda por la muerte de su madre y el día pasó entre agua y críticas al presidente español
A menos de dos semanas para la jornada de reflexión -día previo a unas elecciones en que ya no se puede hacer campaña-, Cataluña, inmersa en una carrera electoral decisiva para su futuro, se tomó ayer una jornada de reflexiones. Las lluvias torrenciales que acecharon Barcelona y alrededores de forma incisiva contribuyeron a ello, obligando a los candidatos a suspender actos y a encontrarse con blancos en la agenda con los que no contaban. Ahora que, de repente, nos interesa qué hacen los políticos en sus ratos libres, quizás muchos se imaginaran a Carrizosa, candidato de Cs, fumando en pipa; a Illa, su homólogo socialista, corriendo en la cinta; o a Pere Aragonès, presidente de la Generalitat y cabeza de lista de ERC, friéndose unas croquetas. Nada más lejos de la realidad, pues junto a un bienvenido y celebrado diluvio -¿cambiará esto el discurso crítico para con la gestión de la sequía del Govern?-, ayer el foco estuvo sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que anunció que sigue, «con más fuerza si cabe», al frente del ejecutivo, tras cinco días de incertidumbre y movilizaciones.
El único que celebró la noticia fue su «amigo» Illa, convencido de que se ha tratado de algo personal y no político, como aseguran todos los demás. X se llenó de caricaturas de Sánchez y el independentismo pasó a la acción: ERC denunció el «show» ante la Junta Electoral Central, alegando que el objetivo encubierto -la derecha también cree que hay uno, pero sin especificar cuál- es «españolizar la campaña» y «desviar la atención de los medios». Junts, que había insinuado que la solución pasaba por una cuestión de confianza en el Congreso y que pidió al presidente «venir llorado de casa», tampoco aprobó una declaración institucional que, en efecto, fue el tema del día. Propuestas para Cataluña, pocas más allá de Vox, que quiso llenar el vacío con una fórmula ya patentada de reducción «masiva» de impuestos que tuvo a bien detallar el diputado José María Figaredo. Un mago de la fiscalidad, visto lo visto.
Paralelamente, en Girona, fallecía la madre de Carles Puigdemont. Motivo de peso para que el candidato posconvergente -¿o ya convergente?- suspendiera toda su agenda. El resto de los líderes, que iban a descargar esta vez su ira contra Sánchez, no faltaron a su cita con el decoro e hicieron público su pésame a la familia, del que se hace eco esta crónica. Junts confirmó que Puigdemont retomará mañana su actividad, y lo hará con el apoyo de una nueva camada de encuestas que, esta vez, no ven peligrar una mayoría independentista que otras sí ponen en duda. La suma Junts-ERCCUP rozará -escaño arriba, escaño abajo- los 68 parlamentarios que suponen la mayoría absoluta en el Parlament. Sólo un grave desliz de alguno de los candidatos alterará esta y otras certezas como la victoria incontestable del PSC-, y aquí juega con ventaja Junts, pues delegará en su número tres, el rehabilitado Josep Rull, la facultad de meter la pata en los debates. Algo que no debería pasar factura a un bunkerizado Puigdemont, que ha rechazado debatir con Aragonès, por ejemplo, dispuesto a pasar el día en Elna por un puñado de votos.
Los sondeos también dan lugar a incógnitas. ¿Entrará en el hemiciclo Aliança Catalana? ¿Premiará el elector el ingenio de Cs en sus llamativos carteles? Saldrá el sol a tiempo para despejarlas. Los catalanes tendrán la última palabra en las urnas el 12 de mayo.
Vox propuso, entre paraguas, una reducción «masiva» de impuestos propios de la Generalitat