Ellas están al mando
La coronel Patricia Ortega ha hecho historia esta semana al convertirse en la primera general de nuestro Ejército, 20 años después de que la mujer se integrara plenamente en las Fuerzas Armadas
En una entrevista concedida esta semana a Carlos Alsina en Onda Cero, la ya general Patricia Ortega (Madrid, 1963) huía de todo protagonismo para ensalzar al Ejército, en su opinión el verdadero protagonista, pero a pesar de su discreción lo cierto es que su historia es única. Ingeniero agrónomo de carrera, fue de las primeras 25 mujeres en ingresar en las Fuerzas Armadas, en su caso en la Academia Militar General de Zaragoza, en 1988. Luego se convirtió en la primera teniente coronel y la primera coronel de nuestra historia. Sin embargo, han hecho falta 31 años justos para que una mujer alcance el rango de general. Y aún quedan dos escalafones inexplorados, general de División y teniente general.
Pese a lo indiscutible del logro de la nueva general, lo cierto es que si nos comparamos con otros países occidentales estamos más o menos en la media de la tabla. La mujer en el Ejército español representa el 12,8 por ciento de los 116.685 militares que lo integran, una cifra que lleva varios años estancada. En EE UU, por poner un ejemplo, el porcentaje supera el 15%, aunque lo más destacable es que el número de militares de alta graduación en ese país se ha duplicado desde 2000. Hace 19 años había una treintena de mujeres generales o almirantes y en este momento son más de 60. De todas formas, las estadounidenses siguen derribando muros en sus filas desde que en 2016 el ex presidente Barack Obama les abriera la puertas de todos las puestos de la carrera militar sin excepción. Al año siguiente se graduaría en Quantico (Virginia) la primera oficial de Infantería del Cuerpo de Marines tras una durísima instrucción de 13 semanas de duración que solo superaron 88 de los 131 que acometieron la tarea. Antes que ella fracasaron en el intento un total de 36 marines mujeres. También en nuestro Ejército las mujeres forman parte de unidades de combate, contra la opinión extendida de que nunca se exponen al fuego enemigo. De hecho, España fue pionera en levantar el veto a ciertas misiones de acción mientras que EE UU no lo haría hasta 2013. Noruega fue el primer país de la OTAN en autorizar su participación. Israel dio luz verde a la presencia de mujeres en primera línea a mediados de los 90, pese a que las soldados forman parte de su tropa desde la constitución del Estado en 1948.