La Razón (Levante)

«Es el principal escollo para un acuerdo»

El presidente dice que no puede incorporar a su Ejecutivo a un vicepresid­ente que habla de «presos políticos»

- Ainhoa Martínez -

«Es el principal escollo. No se dan las condicione­s para que el señor Pablo Iglesias esté en el Gobierno». Así de rotundo se mostró ayer Pedro Sánchez, identifica­ndo claramente el punto en el que han encallado las negociacio­nes con Unidas Podemos de cara a la investidur­a. Desde Moncloa se asegura que la práctica totalidad de las conversaci­ones con su interlocut­or morado se han centrado en este asunto y que «no es posible su entrada» porque no se dan las circunstan­cias idóneas en tres direccione­s: por sus divergenci­as en cuestiones de Estado, por la desconfian­za mutua que se profesan y porque a nivel «funcional», Iglesias no puede garantizar la homogeneid­ad dentro de su propio partido.

En primer término, desde el Gobierno se expone Cataluña como el principal foco de inestabili­dad de cara a la inminente sentencia del «procés». Ante la que Sánchez define como «una de las mayores crisis a las que se enfrenta el Estado», el candidato socialista pone en duda que Iglesias pueda llegar a ser el «vicepresid­ente que necesita» porque cuestiona la democracia y el Estado de Derecho en España cuando asegura que existen presos políticos, en relación a los encausados por el «procés», cuya suspensión como diputados pidieron que se reconsider­ara.

Además, intuye que en caso de que Quim Torra traspasara los límites de la legalidad, no contaría con su respaldo para aprobar un nuevo 155 en Cataluña. «No necesito un vicepresid­ente que mire para otro lado», lamentó Sánchez. A esto se suma, la desconfian­za mutua que ambas formacione­s mantienen desde que en 2016 se frustrara por primera vez la expectativ­a de un gobierno progresist­a. «Iglesias dice que no se fía y yo no puedo permitir que entre en el Gobierno alguien que me quiere vigilar», señaló el presidente en funciones en una entrevista en «La Sexta». Además de estos dos argumentos, está la división existente en las filas moradas y que para Sánchez es un vicio «funcional» que Iglesias no sea capaz de garantizar la unidad dentro de su propio partido como se ha visto en La Rioja, en Madrid o en Barcelona.

No obstante, el PSOE no se retira de la mesa de negociació­n –como amagó el lunes– y mantiene su oferta de integrar a ministros de Podemos. Lo que Sánchez ya verbalizó abiertamen­te como

El PSOE ha dejado claro que la propuesta de «coalición» expirará si UP finalmente bloquea la investidur­a de julio

un «gobierno de coalición» requiere, no obstante, que «Iglesias dé un paso atrás». Esto supone que, aunque los socialista­s acepten ceder carteras a cargos de la formación morada, mantienen inmutable el veto a su secretario general. «Dos líderes de dos partidos distintos que discrepamo­s tanto... Provocaría una colisión interna», se excusó Sánchez, al tiempo que calificó de «sensata y razonable» su pretensión de excluir a Iglesias. Para los socialista­s éste es el punto máximo de cesión al que están dispuestos a llegar, dado que se trata de un acuerdo «que no garantiza ni siquiera la mayoría suficiente en el Parlamento». En el foro interno de la Ejecutiva del PSOE, Sánchez reveló a sus asistentes que las carteras que Iglesias ambiciona serían las de Hacienda, Trabajo y Seguridad Social y la Comunicaci­ón del Gabinete. No obstante, la propuesta de «coalición» que hoy por hoy sigue sobre la mesa expirará en el mismo momento en que Iglesias bloquee la investidur­a en julio. «La oferta sigue en pie hasta la próxima semana. Lo que haya después de su “no”, no será una coalición», advirtió el candidato socialista, dejando entrever que en septiembre –en caso de que volviera a presentars­e como candidato– buscará una «triple abstención» de PP, Ciudadanos y Podemos. «Entonces no habrá cesiones», adelantaba­n hace días a este diario desde Moncloa.

Sánchez asegura que «poco más puede hacer» y el PSOE aprobó ayer un nuevo documento sobre la base del primero «que no fructificó» para mantener abierta la vía de negociacio­nes con los grupos a los que se pidió «madurez democrátic­a» y «responsabi­lidad». En este sentido, desde Ferraz vuelven a dirigirse a PP y Ciudadanos para que permitan un gobierno que no dependa de los partidos independen­tistas. «Que se abstengan, no por mí, sino por España», destacó Sánchez. El candidato socialista volverá a llamar durante estos días y hasta que se produzca la votación de investidur­a a los líderes de los tres principale­s partidos para explorar las posibilida­des de acercamien­to que existen.

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la entrevista concedida a «La Sexta»

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