La Razón (Levante)

La amenaza fantasma

- Drama. Anna Sergi SÁNCHEZ

Dirección: Erik Poppe. Guión: Bache-Wiig, Siv Rajendram. Intérprete­s:

Andrea Berntzen, Aleksander Holmen, Brede Fristad. Noruega, 2018. Duración: 93 miutos.

ElEl domingo 22 de julio se cumplirán ocho años de la masacre ejecutada por el simpatizan­te de extrema derecha Anders Beiring Breivik en la isla de Utoya, cerca de Oslo, donde se celebraba el campamento de verano de las Juventudes del Partido Laborista. Erik Poppe entiende su singular homenaje a las víctimas desde una perspectiv­a etimológic­a. Si «terrorismo» es el ejercicio del terror, ¿por qué no hacer una película de género sobre la matanza? ¿Acaso las 77

personas que murieron aquel día no se convirtier­on en protagonis­tas de una película de terror a tiempo real? ¿Es la propuesta de Poppe una manera de frivolizar la tragedia o, por el contrario, el modo más eficaz de implicar al espectador en un drama que, de otra forma, sentiría como ajena, como aquello que siempre les ocurre a otros? «Utoya, 22 de julio» se despliega a partir de un dispositiv­o tan sencillo en su enunciado como complejo en su ejecución. El filme está rodado en un único plano secuencia, que escoge a Kaja, una de las víctimas potenciale­s del terrorista, como portadora de su punto de vista. Es una inteligent­e decisión de puesta en escena. Por un lado, convierte el visionado de la película en una aventura experienci­al, próxima a la de un videojuego que niega la perspectiv­a del asesino, cuya imagen abstrae y transforma en presencia abstracta y ubicua, una amenaza fantasma. En consecuenc­ia, siempre se pone de lado de la víctima, haciéndono­s sufrir con ella, obligándon­os a participar de su instinto de superviven­cia, compartien­do las limitacion­es de su ángulo de visión –ese fuera de campo que encarna el Mal Absoluto–, el miedo en forma de espiral devoradora pero también el tiempo muerto concebido como ojo del huracán, ese paréntesis en que el vacío anuncia el horror que está a punto de disparar a bocajarro. Poppe trabaja el dispositiv­o con un rigor insólito, en especial a la hora

Consigue con una eficacia escalofria­nte que el espectador sienta que está ahí

Siembra el dilema moral de si está cultivando el morbo de una telerreali­dad

de construir el espacio fílmico con el sonido y la mirada de la protagonis­ta, una excelente Andrea Berntzen. La insoportab­le tensión que nace de su propuesta no solo se nutre del objetivo dramático de Kaja –buscar y salvar a su hermana, con la que se ha peleado durante la sucinta presentaci­ón de personajes– sino de la conflictiv­a posición a la que condena al espectador, parecida a la del punto de vista flotante que seguía a los alumnos del instituto de «Elephant» por un laberinto de pasillos a punto de devenir en infierno. Estamos obligados a habitar un intervalo espectral, ese abismo que se abre entre el miedo de las víctimas y la arbitrarie­dad del verdugo. Somos la viva imagen de la impotencia, la representa­ción sangrante de los efectos de un terrorismo virtual que lo graba todo sin intervenir en ello.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain