La Razón (Levante)

SMI Y EMPLEO

- JUAN RAMÓN RALLO

La subida del salario mínimo desde 735,9 euros en 2018 a 900 euros mensuales en 2019 (un incremento del 22,3% en tan sólo un año) generó una batería de negros augurios sobre la creación de empleo dentro de nuestra economía. Desde los 40.000 puestos de trabajo que dejarían de crearse según la AIReF, a los 125.000 pronostica­dos por el Banco de España, la expectativ­a sobre nuestro mercado laboral se tornó bastante negativa. Y, sin embargo, el pesimismo no terminó de corporeiza­rse. No, al menos, en apariencia. Si tomamos las series de afiliados a la Seguridad Social, durante la primera mitad de 2019 el número de trabajador­es dentro de España se ha incrementa­do en casi medio millón de personas, y aun cuando la segunda mitad del ejercicio vaya a ser peor que la primera (como sucede todos los años), no parece que tales cifras avalen las malas previsione­s previas. De hecho, diversos organismos como la AIReF, la OCDE o la Comisión Europea han indicado que no aprecian en las cifras agregadas de empleo un fuerte efecto del salario mínimo. ¿Cabe entonces concluir que su alza en más de un 20% no ha tenido consecuenc­ias adversas? No tan rápido. La propia AIReF, mientras destacaba la ausencia de efectos agregados apreciable­s, reconocía que, por un lado, tales efectos podrían terminar llegando en los próximos meses y, por otro, que los datos agregados no son realmente informativ­os, en tanto en cuanto podrían estar enmascaran­do una notable destrucció­n de empleo dentro de aquellos colectivos más expuestos a la subida del Salario Mínimo Interprofe­sional (SMI). Por ejemplo, imaginemos que 100.000 personas afectadas por el SMI pierden su puesto de trabajo pero que, simultánea­mente, el resto de la economía (no afectada por el SMI) es capaz de generar 600.000 nuevos empleos. En tal caso, el saldo neto sobre el conjunto del mercado laboral sería el de una creación de medio millón de puestos de trabajo. En suma, no podemos basarnos en cifras globales para enjuiciar si la subida del salario mínimo está teniendo efectos sobre la economía o no. Habrá que atender a futuros análisis mucho más desagregad­os para descartar o confirmar sus consecuenc­ias. De momento, por ejemplo, el BBVA Research acaba de constatar una desacelera­ción del ritmo de afiliación a la Seguridad Social entre algunos colectivos típicament­e expuestos al SMI: jóvenes, trabajador­es de hostelería o residentes en autonomías más pobres como Andalucía, Canarias, Extremadur­a y Murcia. Tal como destaca la entidad, el número de afiliados menores de 30 años cayó un 0,8% en el primer semestre de 2019 con respecto al segundo de 2018. Todavía es pronto para pronunciar­se en una u otra dirección, pero lo que debería resultar obvio es que descartar a estas alturas cualquier tipo de perjuicio de un incremento tan considerab­le resulta irresponsa­ble y precipitad­o. Y no olvidemos que el mismísimo Gobierno de la Nación le exigió hace poco al Banco de España que se retractara y pidiera perdón por sus estimacion­es previas. Quizá, cuando haya concluido el año 2019, deberá ser el Ejecutivo socialista quien se deba disculpar ante el Banco de España.

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