La Razón (Levante)

Un Madrid supercampe­ón

El acierto en los penaltis y las paradas de Courtois acabaron con el Atlético

- JOSÉ AGUADO

LaLa historia se repite, suele ser circular y habrá que pensar que ya no es una cuestión de azar, que también en los penaltis se puede definir qué equipo es mejor o qué equipo aguanta mejor la presión en los momentos decisivos, en el momento absoluto de la verdad. Fallaron Saúl y Thomas; el primero, al palo y el segundo lo paró Courtois, cada día más importante en este equipo; mientras que en el Real Madrid marcaron los cuatros jugadores que lanzaron, sin ninguna duda. Quizá sea calidad o temperamen­to, quizá sea capacidad de mirar al abismo con más entereza o el peso del pasado, del que no puede escapar el Atlético de Madrid.

En la final de Lisboa perdió en la prórroga contra el Real Madrid en la Champions; en Milán, perdió en los penaltis también otra Champions; en la Supercopa de Europa sí que ganó en la prórroga (con Lopetegui en el banquillo, quién sabe si no un detalle menor), pero en Arabia fue el Real Madrid de Zidane quien volvió a demostrar que tiene más puntería cuando llega el momento de tenerla.

Fue en los penaltis cuando más desigualda­d se vio en el partido, cuando el Real Madrid no tembló y sí que lo hicieron, otra vez, los hombres del Cholo Simeone. Pero durante los 120 minutos anteriores, el partido fue tremendame­nte igualado, intenso, más emocionant­e que bonito, con dos equipos borrándose y preocupánd­ose más por no perder. Estuvieron muy atados casi todos los minutos, soltándose ya al final, en la prórroga, cuando ya pasó de todo, con los porteros salvando a sus equipos y algunos jugadores agotados y otros en su mejor momento.

Fue en la prórroga cuando pudo ganar cualquiera. Modric parecía que tenía una vida extra, a sus 34 años, iluminando los mejores momentos del equipo. Fue él quien mejor interpretó al rival en la segunda mitad, cuando el conjunto blanco se desperezó tras una primera parte con muchos problemas. Modric tenía aire en el tiempo añadido y también, principalm­ente Valverde, elegido mejor jugador del partido, dispuesto a correr hasta quedarse sin vida o hasta una de las tarjetas rojas más salvadoras que se recuerdan.

Carvajal se equivocó intentando controlar un balón y lo que hizo fue propiciar el contraataq­ue rojiblanco cuando el partido partido llegaba a su final. El Atlético se aprovechó y la pelota llegó a Morata, que se fue solo, volando, hacia Courtois. Tenía tiempo para pensar y decidir cómo buscaba superar a un portero que había crecido para mantener a su equipo, como Oblak en el Atlético. Morata llegaba al área, quizá alargándos­e demasiado la pelota en el último toque, pero sin mirar atrás. Sabía que dentro del área, donde ya no se puede hacer nada, todo estaba a su favor. Pero justo antes, Valverde se fue al suelo y le derribó. Era roja, por supuesto, pero también era la vida para el Real Madrid.

Correa se enfadó, empezó una tangana, Savic empujó a Carvajal, lo que hizo que pisase a Morata. Pero la falta era necesaria para el Madrid, era lo que había que hacer. Hasta Simeone le dio una colleja cariñosa al uruguayo porque entendía que había sal

vado a su equipo de la derrota. La falta no acabó en nada y el partido se fue a los penaltis.

La prórroga, con ocasiones clara para los dos, fue lo mejor de un encuentro que antes fue más tedioso que otra cosa. No pudo el Real Madrid controlar el partido como contra el Valencia, pese a sus cinco centrocamp­istas porque el Atlético presionó arriba y se impuso en la primera mitad, buscando el fallo del rival y fiándose de un Morata que aguantó de todo. Hizo un gran partido el exmadridis­ta, que acabó con un chichón, agotado y al final derrotado. El Atlético vivió muy cómodo durante la primera parte, provocando errores en el conjunto blanco y con el Real Madrid sin el balón, con demasiadas imprecisio­nes. La imagen de Joao Félix jugando más cerca de su área que en el área rival es un ejemplo claro de lo que fue el choque.

El Atlético, como siempre, exigió lo máximo al rival y Zidane fue cambiando el plan en busca de un poco de profundida­d. Acabaron Mariano, Rodrygo y Vinicius en el campo, ya al ataque.

Fue en la segunda parte, cuando se soltó Modric, cuando el conjunto blanco tuvo su momentos. El Madrid pudo jugar más cerca del área rival y tener más el balón, pero no había sitio para entrar. Jovic entró por fin en juego y tuvo una ocasión muy clara para dejar claro que él estaba ahí, mientras Correa lo intentaba en el otro lado y Morata lo bajaba todo.

Ambos equipos estaban convencido­s, según pasaba el tiempo, que era mejor no tener fallos que buscar el gol que diese la victoria.

En vez de valentía, había mucha igualdad.

Menos en los penaltis.

 ?? REUTERS ?? Los jugadores del Real Madrid celebran ayer en la ciudad saudí de Yeda la conquista de la Supercopa de España
REUTERS Los jugadores del Real Madrid celebran ayer en la ciudad saudí de Yeda la conquista de la Supercopa de España
 ??  ?? Sergio Ramos levantó la primera Supercopa con el nuevo formato que se ha disputado en Arabia Saudí
Sergio Ramos levantó la primera Supercopa con el nuevo formato que se ha disputado en Arabia Saudí
 ?? REUTERS ??
REUTERS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain