El crimen del alcalde de Polop llega a juicio trece años después de su muerte
Su sucesor es el principal sospechoso y presunto cabecilla de una trama que planeó en un prostíbulo el asesinato del munícipe
El crimen del exalcalde de Polop (Alicante) Alejandro Ponsoda llega a juicio trece años después de que tres disparos acabasen con su vida, cuando se encontraba en el interior de su vehículo de regreso a su domicilio.
Su sucesor en el cargo y, antes, concejal de Urbanismo, Juan Cano, se sienta en el banquillo de los acusados a partir de este lunes para ser juzgado ante un jurado popular como supuesto inductor de su asesinato.
Junto a él, también serán juzgados otras tres personas que, según la Fiscalía, pudieron participar en la planificación del crimen, en un reservado del club de alterne Mesalina, situado en el vecino municipio de Finestrat. Se trata de un empresario vecino de Polop, Salvador G., y del propietario y del gerente de dicho club, Pedro Jesús H. y Ariel Alberto G., respectivamente, con quienes Salvador G. mantenía una relación de amistad.
De acuerdo con el escrito de calificación de la Fiscalía, los cuatro se conjuraron para acabar con la vida de Ponsoda movidos por la «animadversión que sentían hacia él por razón de su cargo». Según la acusación pública, esa animadversión era especialmente intensa por lo que respecta a Cano, quien habría mantenido una pugna política con Ponsoda durante años para tratar de «imponer sus decisiones» en cuestiones relacionadas con el urbanismo del municipio.
Así, según el relato de la Fiscalía, en una fecha por determinar del verano de 2007, los cuatro acusados, gracias a la mediación del propietario y el gerente del prostíbulo, mantuvieron un primer encuentro con un individuo en el propio club Mesalina con la intención de contratarlo para que matase a Ponsoda a cambio de una suma de 35.000 euros.
Ese primer individuo rechazó el ofrecimiento y, después del crimen, se convirtió en una de las principales piezas del caso, al declarar ante los investigadores de la Guardia Civil los detalles de la propuesta que había recibido por parte de los cuatro procesados.
A partir de ese momento, se convirtió en testigo protegido y su testimonio durante el juicio se considera determinante como prueba para apuntalar la culpabilidad de los acusados, ante la inexistencia de evidencias físicas directas que los incriminen.
Cano y sus tres presuntos cómplices contactaron con otras tres personas que conocían por haber trabajado de porteros en varios clubes de alterne de la zona con la intención de que cometiesen el crimen. Se trata de Raúl M., Radim R. y Robert F., y según la Fiscalía, los tres «accedieron a acabar con la vida de Alejandro Ponsoda a cambio de una cantidad aproximada de 50.000 euros».
El crimen se produjo sobre las 21:20 horas del 19 de octubre. Provistos de dos pistolas que no han sido encontradas, los tres presuntos sicarios aguardaron a la llegada de Ponsoda al domicilio en el que residía, en la pedanía de Xirles.
Cuando se produjo la llegada de Ponsoda, a bordo de su vehículo, se aproximaron a la ventanilla del conductor y descerrajaron tres tiros. Después, huyeron rápidamente del lugar.
Cano fue detenido en 2009 y llegó a permanecer en prisión provisional durante poco más de medio año. Ahora se enfrenta a una posible condena de 25 años de cárcel, a petición del Fiscal y de la acusación particular, quienes le consideran el cabecilla de la trama que indujo al asesinato.