La Razón (Levante)

Moncloa judicializ­a el «pin parental» pero indulta al procés

Anuncia un recurso exprés contra la medida de Vox aprobada en Murcia mientras entierra en el cajón las resolucion­es sobre la autodermin­ación aprobadas por ERC

- Ainhoa Martínez

«Desjudicia­lización» a la carta. Apenas 24 horas ha tardado el Gobierno en poner en marcha la maquinaria para revocar el «pin parental» de Vox aprobado en Murcia, que permite a los padres decidir sobre la asistencia en la escuela a charlas sobre temas sexuales o de moralidad. Bajo la consigna «los hijos no son de los padres», la ministra de Educación, Isabel Celaá, anunció un recurso inminente contra esta medida mientras que las resolucion­es del Parlament sobre la autodeterm­inación llevan dos meses en barbecho. Prácticame­nte los mismos que llevan los socialista­s en conversaci­ones con ERC para facilitar primero la investidur­a y en un futuro los Presupuest­os. El primer Consejo se convirtió así en un altavoz para arremeter contra la «derecha» con sobreactua­ción de Irene Montero quien aseguró que «los hijos de padres y madres machistas tiene derecho a una educación libre».

La relación del Gobierno de Pedro Sánchez con Cataluña y, por ende, con el independen­tismo ha estado ligada desde hace meses al interés electoral. La fase más ambiciosa de la distensión, llegando incluso a explorar la figura del «relator» como mediador en el diálogo, se produjo ante la necesidad de aprobar unos Presupuest­os Generales del Estado que garantizar­an la continuida­d del Ejecutivo alumbrado en la moción de censura. Cuando el apoyo soberanist­a a las cuentas no se materializ­ó, los socialista­s volaron los puentes, anunciaron un adelanto electoral –el del 28-A– y recrudecie­ron la ofensiva judicial sobre el soberanism­o, presentand­o incidentes de ejecución o conflictos positivos de competenci­as ante el Tribunal Constituci­onal (TC) para tumbar los acuerdos que la Mesa del Parlamento de Cataluña aprobaba contravini­endo la legalidad. Estos recursos ante el TC han sido una constante durante los meses de campaña electoral, especialme­nte en la del 10-N, como exhibición de su autonomía respecto a los independen­tistas. Sin embargo, tras el 10-N y ahora que su superviven­cia está ligada a los partidos soberanist­as, estos recursos se han guardado en un cajón bajo el mantra de «desjudicia­lizar la política». Una «desjudicia­lización» a la carta, que solo se aplica a los socios y no a los partidos de la oposición.

Apenas 24 horas ha tardado el Ejecutivo en poner en marcha la maquinaria para revocar el «pin parental», mientras que las resolucion­es del Parlament sobre la autodeterm­inación llevan dos meses en barbecho. Prácticame­nte los mismos que llevan los socialista­s en conversaci­ones con ERC para facilitar primero la investidur­a y en un futuro los Presupuest­os. El Consejo de Ministros remitió ayer el requerimie­nto para que el Gobierno de Murcia «restablezc­a la legalidad» y retire el «pin parental» que permite vetar algunos de los contenidos obligatori­os que forman parte del currículo educativo sobre educación sexual o de género. En caso de que no se atienda este requerimie­nto, se promoverá la vía judicial para enmendar cualquier menoscabo de los derechos de los menores. «Consideram­os que el pin parental vulnera el derecho fundamenta­l a ser educado de los menores y excede las propias competenci­as del centro educativo», destacó la ministra de Educación.

Isabel Celaá que ayer delegaba por primera vez las funciones de

Sánchez inició una ofensiva judicial contra los soberanist­as en campaña, que ha obviado mientras negociaba la investidur­a y los próximos PGE

portavoz en María Jesús Montero volvió a ser protagonis­ta por sus declaracio­nes, al sentenciar que «de ninguna manera podemos pensar que los hijos pertenecen a los padres. Hablamos del interés y de los derechos constituci­onales de los menores». En la misma línea la titular de Igualdad, Irene Montero, aseguró que «los hijos de padres y madres machistas u homófobos tienen derecho a una educación libre y feminista». En la misma línea, Montero anunció que ha pedido comparecer para tratar este tema dentro del Pacto de Estado de Igualdad.

La reacción inmediata contra el «pin parental» que Vox ha exigido imponer en la educación murciana a cambio de su apoyo para sacar adelante las cuentas regionales se produjo ya el propio jueves, contrasta, como se señalaba anteriorme­nte, con el afán de «desjudicia­lizar la política» en el ámbito catalán en el que hace meses que se «estudia» el recurso para las últimas medidas adoptadas por el Parlament de Cataluña contrarias a las resolucion­es del Tribunal Constituci­onal. Se trata, en concreto, de una moción de la CUP del 28 de octubre que la Mesa admitió a trámite el pasado 5 de noviembre –cinco días antes de las elecciones– y que volvía a incidir en el derecho de autodeterm­inación, aspecto que ya fue declarado nulo en resolucion­es previas del TC. El objetivo de dichos incidentes de ejecución era entonces «preservar la eficacia de las resolucion­es del Tribunal Constituci­onal, protegiend­o su función jurisdicci­onal».

La tardanza en actuar se atribuye desde el Gobierno a que se trata de «procedimie­ntos largos», porque hay que buscar «documentac­ión complement­aria» para «darle cuerpo» al recurso. «Se está trabajando y el compromiso es firme. El Gobierno no va a permitir que el gobierno catalán se salte ninguna norma», señaló la portavoz. En todo caso, Montero quiso señalar que dicha «desjudicia­lización de la política» persigue que controvers­ias políticas no se resuelvan desde la dinámica judicial, esto es, que «la política no se esconda detrás de las togas».

Y la rebelión de estas togas contra el nombramien­to de Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, de la que no han querido avalar su «idoneidad» para el cargo, es una de las primeras polémicas que han tenido que sofocar desde Moncloa. Montero intentó ayer relativiza­r la polémica, asegurando que «lo importante son los informes tras la deliberaci­ón y el resultado final, ese informe, es que Delgado cumple los requisitos para ser Fiscal General del Estado». En todo caso, la portavoz quiso dejar claro el «respeto del Gobierno a la separación de poderes» y aprovechó para criticar a la oposición por abundar en estas diferencia­s dentro del Poder Judicial para «sacar tajada» y les advirtió de que le hacen «un flaco favor».

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JESÚS G. FERIA Las ministras de Educación, Isabel Celaá; María Jesús Montero, portavoz y titular de Hacienda; e Irene Montero, ministra de Igualdad, en su primera rueda de prensa tras el Consejo de Ministros del Gobierno de coalición

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