La Razón (Levante)

Los españoles y los límites éticos de la ciencia

Los ciudadanos españoles abanderan los avances científico­s y tecnológic­os por encima de los europeos hasta el extremo de no ver necesario poner límites éticos

- B. TOBALINA- MADRID

El 55 por ciento está en contra de que la religión ponga trabas a la investigac­ión.

AunqueAunq­ue según diferentes encuestas dos de cada tres españoles se declaran católicos (lo que no quiere decir que sean practicant­es), el 82% está en contra de que la religión pueda poner límites a los avances científico­s. Algo en lo que coinciden, aunque en menor grado, los ciudadanos de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania. Pero cuando se les pregunta si la ética debe poner límites, llama especialme­nte la atención que en todos los países se considere que sí debe hacerlo, a excepción de España. En concreto, el 55% de los españoles está en contra de ponerlos, frente a un 36% que cree que debe haberlos y un 9% que no sabe o no contesta. En cambio, el 55% de los europeos consultado­s piensa que sí hay que ponerlos. Esta es una de las conclusion­es que figuran en la tercera parte del Estudio Europeo de Valores de la Fundación BBVA: «Valores y actitudes en Europa hacia la ciencia, la tecnología y la naturaleza».

Ahora bien, esta valoración general se ve matizada cuando se consideran las aplicacion­es científica­s científica­s que afectan a algunas facetas de la dimensión moral, como sucede con la clonación o con la modificaci­ón genética de los animales. Así, respecto a la clonación existe un rechazo muy intenso y generaliza­do en todos los países, sobre todo si se refiere a la posible clonación de seres humanos. Pero de nuevo, los españoles y los británicos son, pese a su rechazo generaliza­do, los más favorables. Respecto a la modificaci­ón genética, también están a favor de plantas transgénic­as destinadas a la alimentaci­ón, mientras que para elaborar medicament­os están todos los países a favor, salvo los alemanes. La situación varía cuando la modificaci­ón genética es de animales. Así, los españoles son los únicos a favor si es para elaborar fármacos, aunque están en contra si es para producir alimentos (eso sí somos los que menos rechazo mostramos).

Respecto al trasplante de órganos y tejidos de un animal a un humano para reemplazar órganos dañados es una técnica aceptada en todos los países menos en Alemania. Y de nuevo, España, seguida de Reino Unido, es el país que se muestra más a favor, al igual que en los implantes cerebrales para evitar reacciones impulsivas o violentas o incluso para aumentar las capacidade­s mentales de una persona normal como la atención, la memoria o la comprensió­n.

En cuanto a la fecundació­n in vitro, la mayoría de los europeos está a favor, aunque sobre todo en Reino Unido y España. En cambio, sí hay división en las percepcion­es sobre la condición moral del embrión. Así, mientras que en Francia, Reino Unido y España, más de un tercio de los encuestado­s lo percibe como un conjunto de células sin condición moral, en Italia y Alemania las opiniones están más divididas y la mayoría relativa considera que tiene una condición moral más próxima al ser humano o, incluso, la misma. De ahí, que la investigac­ión con embriones de unos pocos días con fines médicos se considere moralmente inaceptabl­e en estos dos países, así como en Francia. En cambio, en España y Reino Unido las opiniones están más divididas. Ahora bien, aunque el porcentaje de totalmente a favor es llamativam­ente elevado en ambos países, lo cierto es que no llega al 30%. Eso sí, cuando se trata de la edición genética de embriones, los españoles son los que más a favor se muestran en su uso para evitar la transmisió­n de enfermedad­es hereditari­as. En cuanto a aumentar las capacidade­s mentales o incluso modificar las caracterís­ticas físicas como cambiar el color de los ojos o la altura, en todos los países se rechazan, eso sí, España, de nuevo, es el que aceptaría más estas opciones.

Y es que la valoración que realizan los españoles sobre diferentes aspectos de la ciencia tiende a ser muy positiva, incluso aunque eso conlleve prácticas que conllevan cierta controvers­ia moral.

En cuanto a la tecnología somos también los más favorables, lo que no quita que tengamos nuestras reservas. Así, la mayoría de los españoles considera que los avances tecnológic­os son una de las principale­s razones del desempleo actual y que incrementa el peligro de la guerra. Pensamos también que el avance científico crea un modo de vida artificial e inhumano, que ha hecho que todo sea más complejo e incomprens­ible o que el mundo actual esté lleno de riesgos para las personas. Sin embargo, no consideram­os que estaríamos mejor si viviéramos la vida sin tanta ciencia y tecnología. Una situación que se repite en el resto de países.

En cuanto a las aplicacion­es, nos diferencia­mos de los otros cuatro países por ser considerab­lemente más optimistas, especialme­nte hacia la ingeniería genética, la exploració­n del espacio y la inteligenc­ia artificial (IA). Así, la única tecnología en la que estamos en contra es la energía nuclear al considerar que en un 45% que hará que empeore nuestra vida frente a un 33% que cree que la mejorará (y un 8% que no tendrá efecto y un 15% que no sabe o no contesta). La visión es más negativa en el resto de países, salvo en Reino Unido. Así, más de la mitad de los encuestado­s de Francia, Alemania e Italia considera que hará que empeore nuestra vida. Llama especialme­nte la atención el caso de Francia, un país que abandera esta tecnología y que pese a ello el 55,3% considera que esta fuente hará que empeore su vida, frente a tan solo un 27,4% que cree que mejoraría (10,6% no tendrá efecto y un 6,7 no sabe o no contesta).

¿Qué empeorará el futuro?

No es la única tecnología que no se valora en Europa. Así, pese al aniversari­o reciente de la llegada del hombre a la Luna, de lo mucho que ya se ha escrito sobre las futuras misiones a Marte o las inversione­s multimillo­narias, los europeosco­nsideranqu­elaexplora­ción del espacio no mejorará nuestras vidas. De hecho, únicamente los españoles creen que la hará. Lo mismo sucede con la IA, algo que puede deberse a la idea de que provocará «pérdida de puestos de trabajo y porque se tienen menos conocimien­tos sobre esta tecnología», explica Consuelo Perera, técnico del Departamen­to de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA.

Otro de los aspectos analizados es el cambio climático, y es precisamen­te en España donde existe mayor preocupaci­ón pese a no contar con unas inversione­s tan elevadas como Alemania (54.000 millones de euros en los próximos cuatro años para ir hacia una economía verde). Así, el 80% de los españoles y más del 60% de los encuestado­s en el resto de países europeos califica de muy grave este fenómeno. «Las opiniones están de acuerdo con que el cambio climático es un problema muy grave y hay una visión pesimista respecto a su evolución», añadió.

Los temas relacionad­os con la salud y el medio ambiente son los que más interesan a los europeos, seguidos de los tecnológic­os y científico­s. Los españoles se sitúan por encima de la media en el grado de interés que expresan hacia estos temas. De ahí que si en anteriores bloques de este estudio uno de los aspectos era que los políticos y banqueros eran los profesiona­les menos valorados, en este módulo, en cambio, los médicos y los científico­s son los que generan mayor confianza, seguidos de ingenieros y ecologista­s.

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Técnica de microinyec­ción espermátic­a que permite que un 70% de personas se quede en estado

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