EL ESTADO EN DEMOLICIÓN

Haciendo balance tras el golpe de Estado de los separatistas de hace dos años, creo que estos pueden estar satisfechos. Si hubiese triunfado su objetivo, hoy Cataluña sería una República independiente. Aun así, tras aquel intento perpetrado, que violó nuestro ordenamiento constitucional, tenemos un Estado en demolición carcomido por las termitas sanchistas, que ha sacrificado todas sus promesas adquiridas para satisfacer su ambición presidencial. No hay más que ver la situación en la que se encuentran los tres Poderes de nuestro Estado: sobre el Ejecutivo, no insistiré, estando en coalición con comunistas y partidarios del «derecho a decidir» y en minoría, dependiendo de los separatistas para su gobernabilidad. Al Poder Legislativo pretenden someterlo, obstruyendo el control parlamentario al Gobierno. El Judicial ha sido desprestigiado con la designación de una Fiscal General no considerada idónea por el propio CGPJ. Todo esto, como exigencias de ERC para apoyar a Sánchez. Mientras, el Impeachment a Trump avanza al pasar al Senado por una acusación que es una minucia frente a lo que Sánchez está haciendo a España. En EEUU sería inimaginable una conducta así demoliendo el Estado como una propiedad privada suya. Resulta patético el espectáculo que el PSOE está ofreciendo al permitir esta ignominia, sin que ni un solo diputado tenga un gesto a la altura de lo que exige la dignidad nacional.