Manuel Alcorlo vuelve a Bellas Artes
Homenaje que recorre toda la trayectoria del artista, uno de los más grandes dibujantes
EnEn la historia de la pintura contemporánea, «son escasos los artistas que han seguido una trayectoria propia y en solitario. Lo frecuente es que, al menos en un momento de su carrera, hayan participado en una tendencia, movimiento o grupo. Muy al contrario, los artistas que, viviendo de cara al presente pero de espaldas a los postulados de las tendencias, son pocos. Uno de ellos ha sido Manuel Alcorlo, artista prolífico y diverso, que ha seguido una línea propia». Estas palabras de Víctor Nieto Alcaide definen la personalidad del pintor, grabador y dibujante Manuel Alcorlo (Madrid, 1935), del que ayer se inauguró una exposición antológica en la Real Academia de Bellas
Artes, que estará abierta desde el 24 enero al 8 de marzo. «Universo Alcorlo», abarca toda su trayectoria artística, desde su formación académica en la década de 1950 hasta la actualidad. Una muestra exuberante y colorista que cuenta con pinturas, dibujos, estampas y libros ilustrados de este enorme artista figurativo cuyo universo se mueve dentro del surrealismo. Acompañándolo en un momento tan emotivo para él estaban Rafael Moneo, su gran amigo desde que ambos coincidieron como becados en la Academia de España en Roma y el dibujante, arquitecto y, también amigo, Peridis.
Según afirma Antonio Bonet en el catálogo, «la vena sarcástica de la pintura de Alcorlo hunde sus raíces en una España mítica, con antecedentes en el arte de Goya, en la literatura de Larra y en clásicos como Quevedo o Cervantes», de ahí sus libros ilustrados. En ese sentido Peridis afirmó que, «para Alcorlo, la vida es una fiesta. Cuando hay que definir su pintura, la veo como un festival, un festín de color, de formas y como una fiesta de la imaginación y la maestría». Y prosiguió: «En esta exposición están condensadas todas sus facetas a lo largo de su vida y si el arte es una fiesta, celebrémoslo, que suene la música –ha comentado sobre Alcorlo, que toca también el violín. Y en esa fiesta toca pintar, tocar un instrumento, discursear y alegrar a los que viene a casa, divertirse con el dibujo, con la música, con el grabado, con la cerámica, con la ilustración de libros. Nada de «ismos» –dice Peridis en referencia a no haber pertenecido a ningún grupo o tendencia–, sino que él ha jugado a ser el mismísimo». El caricaturista destacó también el amor de Alcorlo «a la línea y al dibujo, de donde sale su magia para ir a la forma con maestría e imaginación, para hacer una pintura con humor, no desde la sátira, sino desde una fresca ironía llena de ternura que le sale del corazón por el amor que tiene al ser humano». Y concluyó, «hay pocos pintores que sepan hacer que rezume el humor, la poesía y el color, por eso su pintura invita a regocijarse».
Rafael Moneo, evocó sus años compartidos en la Academia de España en Roma, sus penurias, posibilidades y el encuentro con otros artistas. «Roma era una gran oportunidad para un pintor joven. Allí sentíamos una libertad que no teníamos en España». Para el arquitecto, la pintura en Alcorlo fluye como si no le costase esfuerzo. Su concepto de artista no tiene líneas divisorias, abarca pintura, la música, poesía o escultura».
Por su parte, Alcorlo manifestó estar «fascinado por la acogida y muy emocionado por esta exposición». Y habló de su gran maestro, Goya: «Me parece el pintor más moderno, un hombre preocupado por el desastre de la humanidad. Me admira su potencia expositiva. Es inmenso, como Bach en la música», concluyó.
DÓNDE: Real Aacdemia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid. CUÁNDO: hasta el 8 de marzo. CUÁNTO: 3 euros.