La Razón (Levante)

Y solo costó seis millones

«Su segundo gol es más normal, pero el primero me sorprendió», dijo Zidane tras la exhibición del brasileño

- JOSÉ MANUEL MARTÍN -

LoLo primero que hizo Casemiro cuando marcó el golazo con el que se abrió el marcador en el Bernabéu fue dirigirse al público y señalar con el dedo a Jovic. El brasileño, además de merendarse él solito el partido ante el Sevilla, tuvo claro que era un buen momento para recuperar al futbolista serbio, que anda justito de confianza y acababa de darle una asistencia magnífica de tacón. Este detalle ilustra el grado de control que tiene ahora mismo Casemiro sobre lo que hace en el terreno de juego. Es un futbolista en plenitud, un multiusos de lujo por el que el Real Madrid pagó seis millones de euros al Sao Paulo en julio de 2013.

Una ganga absoluta viendo lo que ha ganado con la camiseta blanca desde entonces y lo importante que resulta siempre. Tiene en su palmarés las cuatro últimas Champions ganadas por el Madrid y, en días como el de ayer, da un paso adelante para resolver un choque que se estaba complicand­o. «Ha definido con la sutileza de un gran delantero centro», analizaba Emilio Butragueño respecto al remate del brasileño en el primer gol. Le levantó la pelota a Vaclik con una precisión quirúrgica que para sí quisieran muchos de los «9» que se ganan la vida en el área.

«Dos goles de Casemiro no es lo habitual, me alegro por él, en posición ofensiva cualquier jugador hace la diferencia en nuestra plantilla», reconocía Zidane, más contento y con razón, con la segunda parte de los suyos que con lo que vio hasta el descanso. «El primer gol de ‘‘Case’’ me ha sorprendid­o un poco, llegando de segunda línea. El otro, de remate de cabeza, es algo más normal», continuaba el técnico blanco, que tan clara tiene la importanci­a de su mediocentr­o, que lo pone en el campo siempre. Es un seguro de vida en cuanto al equilibrio y la recuperaci­ón de la pelota, y también se anima en ataque si hace falta. Con el doblete de ayer suma cuatro tantos este curso, igualado con Kroos, a uno de Ramos y sólo detrás de Benzema, goleador destacado de la plantilla. Una de sus dianas este curso fue en el empate a dos ante el Brujas, de los días más complicado­s para el Madrid, que veía escaparse la Champions casi antes de empezar. Apareció el centrocamp­ista para asegurar el empate al menos, igual que ayer decidió que el Real Madrid tenía que ganarle al Sevilla.

«Fue un partido de mucho trabajo, de hombres, sin duda son tres puntos importantí­simos», decía el gran protagonis­ta de la tarde en Chamartín. Igual que Zidane, admitía que no es normal que él haga un doblete, y eso que estuvo cerca del tercero en otro remate con la izquierda que se le fue desviado. «Me han hecho las típicas bromitas en el vestuario, pero siempre con mucha felicidad después de ganar», cerraba Casemiro, que hizo posible que el Real Madrid extendiera a diecisiete los partidos consecutiv­os sin perder desde la derrota en Mallorca.

Ayer, que volvió ZZ al centro del campo de tres, se convirtió en un gigante, un futbolista en plenitud a los 27 años y con galones de capitán en el vestuario, donde tutela a Vinicius y Rodrygo.

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ALBERTO R. ROLDÁN Varane y Vinicius felicitan a Casemiro

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