La familia es la familia
Como solo suele hacer el Vaticano, el Palacio de Buckingham hizo público durante el fin de semana, en concreto el sábado por la tarde, un comunicado en el que Isabel II explicaba que, después de «muchos meses de conversaciones y discusiones se ha llegado a un acuerdo» sobre Harry, Meghan y su hijo Archie. Lo de «muchos meses» era un viaje a los Sussex, pues queda negro sobre blanco que llevaban meses estudiando una solución y que solo su comunicado unilateral motivó esta rápida decisión. Pero no todo son malas palabras. Y por eso agradece la Reina su dedicación al Reino Unido y la Commonwealth durante estos dos años; y también reconoce lo orgullosa que se siente de Meghan por haberse «convertido tan rápidamente en una de la familia». Otra forma de dejar en buen lugar a la duquesa que se fue con su madre a Canadá hace más de una semana. Y al final la sentencia. Los Sussex no podrán seguir utilizando el tratamiento de Altezas Reales ni Harry los cargos militares. Y aunque conservarán el título de duques de Sussex, deberán devolver los 2,6 millones de euros que costó la reforma de Frogmore Cottage, «que seguirá siendo su hogar familiar en el Reino Unido». Nada más se dice sobre sus gastos de seguridad, ni de cómo su padre apoyará económicamente a la pareja. Otro lío resuelto. Quizá por eso ayer Isabel II se fue a su oficio religioso con el que más necesita ahora su apoyo, su hijo Andrés. La familia es la familia.