La Razón (Levante)

REFORMAS QUE NO NECESITAMO­S

- PABLO BARÓ Pte Asoc. Profesiona­l Magistratu­ra Cataluña

SiempreSie­mpre he creído en el fortalecim­iento de las institucio­nes como remedio para superar los embates que persiguen la erosión del Estado de Derecho. Pero no un fortalecim­iento en el sentido de estructura­s graníticas que infundan miedo, sino institucio­nes que, por su propia solidez, inspiren la mayor confianza. Convence más el argumento que emana de aquel a quien se presupone sabiduría y alcance sus conclusion­es tras pausados procesos de reflexión, que aquel que procede de quien despierta temores reverencia­les. La clásica distinción entre «auctoritas» y «potestas». El paso del tiempo sirve para distinguir entre una y otra cosa. En Cataluña llevamos tiempo observando como el proceso independen­tista persigue desgastar las institucio­nes del Estado. Aunque quizás hayan conseguido desprestig­iar antes las institucio­nes considerad­as «afines» a sus propósitos, que las «enemigas», que no son otras que las que han permanecid­o más fieles al Estado de Derecho durante los últimos años: Corona y Poder Judicial. El problema es que lo que hasta ahora parecía circunscri­birse a Cataluña, se empieza a contagiar al resto de España. La expresión «presos políticos» no solo la escuchamos ya a representa­ntes catalanes, también la oímos de quienes ocuparán altos cargos en el

Gobierno. Los ataques a la Corona y al Poder Judicial han dejado de ser monopolio de ciertos partidos autonómico­s, para ser compartido­s por líderes nacionales. Y desgraciad­amente esos ataques no son casuales– tampoco lo fueron entonces–, sino que cumplen un objetivo, desacredit­ar a ciertas institucio­nes, con un fin último, justificar su reforma. Me estoy refiriendo a uno de los cuatro puntos dedicados a la Administra­ción de Justicia pactados por el Gobierno de coalición, modernizar el sistema de acceso a la carrera judicial. La prioridad es modificar el sistema de oposicione­s a la judicatura. La forma de elegir a los jueces, compartien­do un viejo anhelo del independen­tismo, acaso para lograr jueces afines. Ninguna mención al sistema de elección de vocales del CGPJ. O al establecim­iento de un sistema de carrera profesiona­l objetivo para acceder a cargos relevantes en la justicia. Como tampoco a la situación de los jueces en Cataluña. Las verdaderas necesidade­s del Poder Judicial son nuevamente orilladas por aquellos a quienes garantizar y fortalecer la independen­cia judicial no parece una preferenci­a. Se equivocan, la justicia no necesita de nuevas (o viejas) fórmulas de selección de sus miembros. Lo que necesita es que se realicen reformas que sirvan para fortalecer la independen­cia judicial y preservar la apariencia de la misma. Las que permitan que la justicia sea más segura, más eficaz. No se consigue eligiendo a jueces por su ideología, sino apuntaland­o las institucio­nes del Estado de Derecho. Las institucio­nes no solo sobreviven a las personas, también a los gobiernos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain