Torra se atrinchera y no convocará elecciones pese a ser inhabilitado
El president asume la línea de JxCat y se atrinchera en la Generalitat hasta su previsible inhabilitación para desgastar a Esquerra de camino a la cita con las urnas
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, descarta llevar a Cataluña a una «carrera electoral irresponsable», mientras no esté inhabilitado. Está dispuesto a aprovechar la situación con un único objetivo, noquear a ERC y revalidar el liderazgo de JxCat al frente del Govern.
Joaquim Torra asistió en primera persona a la vista del Supremo. No tenía por qué ir, pero quería hacerlo para levantar la bandera contra el «estado represor» y airear su condición de «víctima». El president de la Generalitat está dispuesto a aprovechar la actual situación para beneficiar a los suyos aunque ponga en peligro el ya inoperante gobierno catalán y alargue la agonía de la peor legislatura de la democracia y aunque pase a la historia como el peor presidente desde la transición. Todo, con un único objetivo, noquear a ERC y revalidar el liderazgo de Junts per Catalunya al frente de la Generalitat.
En el pleno del Parlament, en el debate sobre política general, Torra, imbuido de testosterona, se negó a dejar entrever cuál será su decisión. Se sabe con el poder en la mano, con la varita mágica que convoca elecciones, y no quiere desvelar el nuevo laberinto que va a abrir en la política catalana. Lo máximo que pudieron conseguir los partidos independentistas es un rudimentario acuerdo en defensa del presidente catalán que quedará inhabilitado no por exhibir una pancarta, sino por desobedecer a la Junta Electoral Central en un proceso electoral. Torra retiró la pancarta pidiendo la libertad de los presos, pero lo hizo tarde, porque quiso esgrimir una desobediencia estéril que ha abocado a la Generalitat a una inanición preocupante en la peor crisis de los últimos 50 años.
La actitud prepotente de Torra, amenazante incluso, abre diversos escenarios sin que nadie, ni los más cercanos, sepan cual será el desenlace. Estos son los diferentes escenarios que se abren en la muy precaria política catalana.
Escenario 1. Desobediencia total. Torra lo ha barajado, pero no parece que acabe por implementar el desacato total a la sentencia. Es decir, Torra se atrinchera en el Palau de la Generalitat, junto con su gobierno, desoyendo su inhabilitación. Es decir, siguiendo al frente de la Generalitat. El objetivo de este escenario, sería visualizar «la represión del Estado» haciendo entrar a las fuerzas del orden en el Palau para desalojarlo. Por si acaso, Torra se garantizó el control de los Mossos, porque en los sueños más húmedos del independentismo, esta represión se visualizaría si es la Guardia Civil la que entrara en el Palau de la Generalitat. Torra estaría acompañado de todo su Govern, incluido los consejeros de ERC, algo que se antoja más que imposible en estos momentos.
Escenario 2. Desobediencia a medias, o vía Venturós, la alcaldesa de Berga que fue inhabilitada por desobedecer. No firmó ningún decreto pero se mantuvo al frente del consistorio de forma oficiosa. Esta vía, que Torra ha rechazado, implicaría que seguiría ocupando el despacho del Palau, pero sin ejercer de presidente. Eso sí, haciendo la vía imposible al presidente en funciones, cargo que recaería en su actual vicepresidente, Pere Aragonés, de ERC.
Escenario 3. Presentar un candidato alternativo desde Junts per Catalunya. Torra se niega a esta posibilidad. LA RAZÓN publicó la posibilidad de que ese candidato fuera Ferran Mascarell, y Torra contestó desde su púlpito en TV3. No al candidato alternativo. Puigdemont cedió y ofreció a Torra la posibilidad de cambios en el gobierno catalán que acabaron con tres consellers en la hoguera. Ahora, los partidos constitucionalistas también están valorando presentar un candidato para evitar el bloqueo. El PSC lo hablará con todas las fuerzas políticas, Ciudadanos podría aprovechar esta situación para potenciar a su nuevo líder, Carlos Carrizosa, y el PP no parece que pusiera palos en las ruedas.
Escenario 4. Bloqueo institucional. En teoría, si en diez días
Entre los escenarios abiertos están la desobediencia total o parcial al fallo del Supremo
no se presenta un candidato alternativo, el reloj de la democracia no se pone en marcha. Es decir, no avanza el tiempo dejando la legislatura catalana en el limbo. Sin embargo, esta vía tiene los días contados porque el presidente del Parlament, Roger Torrent de ERC, podría aceptar la resolución de los letrados del Parlament que se inspiran en lo sucedido durante el «tamayazo» en la Asamblea de Madrid. Torrent podría convocar un pleno, certificar que no hay candidato y abrir un periodo de dos meses para que alguien se presente. Si al finalizar este plazo no hay candidato, se convocarían elecciones.
Escenario 5. Pillar a todos con el pie cambiado. La sentencia se conocerá en días, pero Torra podría convocar elecciones antes de recibir la notificación oficial. Si
Si no se presenta ningún candidato alternativo, el Parlament deberá tomar la iniciativa para desbloquear la legislatura
esto sucediera los comicios podrían celebrarse a finales de noviembre, principios de diciembre. Si se agotan todos los plazos, las elecciones autonómicas se celebrarían en el mes de febrero.
En el pleno del Parlament de esta semana, Torra y sus Junts per Catalunya notaron la soledad. Todos los partidos apostaron por elecciones. Cada uno por su motivación, pero lo que está claro es que Torra inhabilitado o no, quiere poner contra las cuerdas a todo un país, incluidos a los partidarios de la independencia. Todo para favorecer la crispación, que al único que favorece es a Carles Puigdemont, y para intentar arrinconar a ERC que se ha convertido en el nuevo traidor de la política catalana, robando el título a los partidos anti independentistas.