¿Y si Mario Casas tuviese un lado turbio?
Carles Torras dirige al popular actor en un asfixiante y oscuro thriller
No todos los locos parecen estarlo, ni todos los que adoptan ademanes de desequilibrado lo son. Hay algo en la cara sorprendentemente enjuta de Mario Casas durante los primeros minutos de metraje de «El practicante» que ya logra advertir, aunque de forma muy velada, sobre las dobleces morales de un personaje extraño, inadecuado, con deficientes habilidades a la hora de relacionarse con su compañero de ambulancia y con perturbadoras maneras de afrontar la comunicación con su pareja. El cineasta Carles Torras vuelve a incurrir en el infinito e inabarcable género del thriller (como ya hizo con anterioridad en su cinta ambientada en Nueva York, «Callback») para adentrarse en el macabro funcionamiento de la mente de un sociópata. «Cuando escribí el guión tenía la idea de que la actriz fuese internacional. Me resultaba aprovechable el hecho de que viviera lejos de su familia, que estuviera casi desde el principio desposeída de un entorno seguro», comenta el cineasta aludiendo a la participación de la actriz francesa ganade ganade una Palma de Oro, Déborah François. «A nivel estético, de diseño de producción, huyo un poco de hacer algo muy costumbrista. Me gustaba esa idea de apostar por lugares indeterminados, que el espectador no sepa en qué ciudad se encuentra», afirma. «Por el perfil de la película me funcionaba que los decorados tuvieran esa atmosfera inquietante y perturbadora. Por eso busqué espacios que tuvieran una estética de periferia, industrial…», añade. Ángel es un conductor de ambulancias particular: «Me interesaba el perfil del psicópata narcisista. Aquel que va haciendo daño de forma progresiva, que se relaciona de una manera tóxica con los demás». Esta recreación turbadora de un personaje con un perfil psicológico tan marcado, supuso para Casas un reto impordora tante a nivel interpretativo, acostumbrado a desenvolverse en terrenos actorales mucho más ligeros: «Carles me ofrece el guión hace unos años ya. Me dijo que le encantaba la idea de que yo encarnase a este personaje tan oscuro y con tantas aristas porque erauna faceta muy diferente a la que el público está más acostumbrado. Dos años después me dijo que la película estaba en pie y me lancé sin pensarlo». A la pregunta de por qué los malos contienen ese ingrediente imantado de atracción, el actor lo tiene claro: «Los malos no son solo personajes
El director no buscaba un diseño de producción demasiado costumbrista, sino apostar por «lugares indeterminados»