«La ventana indiscreta», entre la observación y el voyerismo
Enrolado en el orden caótico que se le presupone a un periodista de su talla, Juan Ramón Lucas encuentra tiempo para reivindicar uno de los filmes clásicos más celebres de la filmografía del mago Alfred Hitchcock: «La ventana indiscreta». Estrenada en el año 1954 y disponible ahora en Filmin en toda la gloria de su Technicolor, la película nos invita a acompañar a L.B. Jefferies (el grande James Stewart), un otrora intrépido fotógrafo profesional, mientras se recupera de una lesión que le ha dejado momentáneamente en silla de ruedas. Seguro que algo les suena, pero no, de la película «El practicante». Unos prismáticos y una persiana serán sus únicas armas para resolver un misterio que cada vez se cierne más sobre él mismo.
El primer contacto de Lucas con el filme se dio en su adolescencia: «Me impactó por su fuerza teatral», explica. Y sigue: «Se trata de casi un solo personaje, en un único escenario, observando lo que ocurre a su alrededor. Quizá tenga mucho que ver con
«El valor de esta película como reflejo de su tiempo y de su mundo no se perderán nunca», señala Juan Ramón Lucas
lo que luego ha sido mi profesión». ¿Es posible que haya algo de voyerismo en el periodismo? «Dejémoslo en observador, que es una forma más amable de decir lo mismo», matiza Lucas. El presentador de «La Brújula» de Onda Cero también explica cómo se la recomendaría a alguien más joven, menos acostumbrado al cine clásico: “Se trata, como toda gran obra, de una reflexión sobre nosotros mismos, sobre la condición humana. Su valor como reflejo de su tiempo y de su mundo no se perderán nunca», afirma con rotundidad. Ante la disyuntiva entre el Stewart más audaz de su recomendación y el más disperso de «Vértigo», Lucas no tiene dudas y se queda con el primero en lo que considera una «lección actoral» de cómo hacer más con menos. Con respecto a la figura de la elegante Grace Kelly, además de recomendar no perdérsela en «Crimen perfecto», confiesa: «Me sigue conmoviendo su belleza».