«Monumental»: ¿hay alguien que pueda decir qué es ser normal?
El documental ahonda en las vidas de siete personas con enfermedades mentales
La etiqueta, en apariencia positiva, que implica el término «normal» sigue resultando difusa. Existen personas para quienes la normalidad es garante de cordura y otras para las que el término parece excesivamente generalizado. La directora Rosa Bernerd tiene claro que la excepcionalidad de cada uno es un elemento que necesita ser más explotado: «Todos somos únicos e irreemplazable y “la diferencia” debería de ser un plus y no una razón para estigmatizar a nadie». Bernerd se sirve en su documental, que produce RTVE, de las experiencias vitales de siete personas con enfermedades mentales graves que encuentran en un taller de teatro al que acuden diariamente el vehículo de expresión más honesto y sanador que podrían tener. La estigmatización social que muchas muchas personas que se encuentran en una situación parecida a la de los protagonistas de la cinta siguen soportando hoy es un aspecto que sorprende y molesta a la madrileña: «Se continúa creyendo que una persona con enfermedad mental no va a poder llevar una vida plena y satisfactoria, lo cual no es cierto pues podrá o no hacerlo igual que quien no tenga el diagnóstico de acuerdo a sus circunstancias vitales. Si el entorno entendiera la diversidad de todos los individuos y les proporcionara oportunidades, no habría estigma», asegura.
Señalamiento directo
La violencia que se le presupone a quienes presentan algún tipo de enfermedad mental es otra de las cuestiones que el filme desmiente a través de las imágenes y los gestos delicados con los que cada uno de ellos se comunica. «Cuando contaba a mi entorno que iba a estar con ellos de lunes a viernes compartiendo el mismo espacio algunas personas me dijeron cosas como “¿Y no te da miedo que te ataquen? ” o “Bueno, en el centro en el que estás no habrá tijeras ni objetos punzantes que puedan utilizar, ¿no?”.
Mucha gente ya asumía que iban a ser violentos. Y la verdad es que son las personas más tranquilas y pacíficas que he conocido en mi vida», asegura con rotundidad.
«El problema es que se les aísla, se les oculta, se les mete en los llamados “centros especializados” y se les señala como incapaces en numerosas ocasiones. Muchos empleadores rechazan candidatos que tienen un diagnóstico de enfermedad mental porque piensan que van a dar problemas y no es así. De cualquier modo, la película expone esta pregunta para que cada uno saque sus propias conclusiones», añade Bernerd.
En cierto modo, uno de los principales propósitos del proyecto era precisamente interrogar acerca del estereotipo, cuestionar el estigma, impulsar el respeto y la comprensión a través de un lenguaje que se aleja de lo lacrimógeno para acercarse a la sinceridad sin fisuras. Como señala y reconoce la propia Bernerd, «no imagino otra manera de profundizar en una historia como esta que no sea involucrándome al máximo».
Uno de los propósitos del proyecto es interrogar acerca del estereotipo, cuestionar el estigma e impulsar el respeto