La Razón (Levante)

El autor de la muerte de Chavero cavó la fosa con su tractor y la envolvió en una sábana

La investigac­ión buscaba ayer una vértebra en la tumba. Creen que hubo una agresión sexual pero no será fácil probarlo

- POR LAURA L. ÁLVAREZ

Los cuatro años largos que han pasado desde que Eugenio Delgado enterró el cuerpo ya sin vida de su vecina Manoli no han pasado en balde sobre el cadáver de la mujer y sus restos, según ha podido saber este diario, eran ya solo óseos. El cuerpo estaba enterrado en una finca que fue propiedad del detenido, bajo un pedregal más de los muchos que había por el terreno. Allí cavó una fosa con la pala de su tractor pero no excavó mucho: apenas a unos 40 centímetro­s de profundida­d los investigad­ores hallaron a última hora de la tarde del viernes el cuerpo de Manoli. Su estado era el esperado tras cuatro años bajo tierra. Según fuentes cercanas a la investigac­ión, la había envuelto en una toalla y una sábana para transporta­rla en su coche desde el lugar del crimen a la finca y así la enterró. Sí hallaron restos de estas telas, ya rotas y viejas por el paso del tiempo y la tierra. El proceso de levantamie­nto del cadáver fue complicado porque faltaba la vértebra que une el cráneo con la columna vertebral, lo que podría indicar la forma de la muerte de Manuela, cuyos restos mortales ya están siendo analizados por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Badajoz. Los expertos tendrán que realizar un complicado análisis que pueda determinar cómo murió y las lesiones que pudo sufrir. La ausencia absoluta de tejido blando haría, en principio, prácticame­nte imposible concretar si sufrió alguna agresión sexual previa a la muerte, algo de lo que están prácticame­nte convencido­s quienes están a los mandos del caso. El móvil sexual es la principal hipótesis aunque el detenido solo explica que, al ver la luz encendida, se acercó a casa de su vecina y la «engañó» con algún pretexto para que ésta fuera a su casa, a 20 metros de distancia. Manoli, que conocía perfectame­nte al chaval, debió acceder y en la vivienda de Eugenio parece que es donde se produjo el crimen. Allí trabajaran hoy los investigad­ores para hallar vestigios, por lo que solicitará­n una prórroga en el juzgado, al cumplirse hoy las 72 horas desde su detención. Él, sabedor de que será complicado encontrar evidencias que le incriminen, se mantiene en la versión del accidente: admite que discutiero­n pero que ella se cayó al suelo y se golpeó con la cabeza. Eugenio asegura que se «asustó» y que solo decidió deshacerse del cuerpo. Los investigad­ores consideran que debía haber bastante sangre en el lugar del suceso y por eso decidió usar la toalla y la sábana, además de poner un plástico en el coche donde la transportó. Aun así, fue precavido y cambió la tapicería del mismo para no dejar vestigios.

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