Del tartar de Boris a la pizza de Michelle Obama
Durante la última visita de los Obama a Madrid, Michel aprovechó para recorrer el Thyssen, el Museo del Prado y, de paso, almorzar en este café del barrio de Los Jerónimos, elegido por su cocina mediterránea saludable. Pidió la pizza Sissy, trufada con setas y Grana Padano, que, junto a la Margarita, son las especialidades de la casa, lo mismo que el carpaccio de ternera con setas, rúcula y una crema inspirada en el «vitello tonnato» y la tarta de zanahoria, posiblemente la más rica de Madrid. Sin embargo, sabemos que a Boris Izaguirre, vecino del barrio, le entusiasma el tartar de atún, mientras que Carolina Herrera ha caído rendida tantas veces a la hamburguesa, que ya lleva sus iniciales. También, a los clásicos tequeños, ese bocado latino de queso fresco envuelto en una masa de harina que se fríe y resulta ideal como tentempié a cualquier hora: «Nos estamos reinventando con buena energía, porque en las crisis hay que buscar las oportunidades», dice Eliza Arcaya, feliz porque sus comensales se sienten cómodos en su casa: «Es necesario quitar el miedo generado por la pandemia», añade. Con el objetivo de seguir llenado el restaurante con el buen rollo al que nos tiene acostumbrados, ha diseñado un menú con Grana Padano D.O.P, la Denominación de Origen Protegida más vendida del mundo, como protagonista de recetas como el carpaccio de res, la ensalada de hinojo fresco, el risotto de tomates secos, fagotti a la trufa negra y, por supuesto, los patacones de plátano macho maduro. Todos hechos con el Riserva curado durante más de 20 meses en entornos aislados: «Es un producto versátil al ser un poco picante y afrutado, que sirve tanto para completar una plato como para armonizar un Beronia durante el aperitivo». Lo corroboramos. También los comensales del barrio, que abarrotan la terraza echando de menos codearse con los foráneos después de pasear por el Jardín Botánico.