LO DESCONOCIDO
SinSin tener fijado techo de gasto, ni senda de déficit, ni boceto, ni cifra presupuestaria alguna, el Gobierno busca complicidades para aprobar unos presupuestos que nadie conoce. Le va salvando la compra de bonos del BCE con su Programa de Emergencia por la Pandemia, PEPP, cuyo atractivo para los inversores de renta fija eclipsa el incremento de la oferta. Ello pese a que en su reunión de la semana pasada el BCE no dio señales de pensar en un incremento de los estímulos, ni a través de bajada de tipos, ni de más compra de deuda corporativa, aunque tampoco lo descartó. Y la presidenta de la Comisión acaba de decir que los perjuicios de aumentar los estímulos son menores a los costes de retirarlos precipitadamente.
En septiembre se está invirtiendo el recorrido que siguieron las rentabilidades de los principales bonos soberanos de la eurozona y EE UU en agosto, al compás de unas expectativas de mayor inflación, que nosotros nunca consideramos verosímiles. Al contrario. La cuestión es que este mes los inversores, desconfiando de la renta variable, vuelven a demandar deuda pública conduciendo a unas rentabilidades que se sitúan en los niveles más bajos desde el inicio de la pandemia de Wuhan. El bono español a diez años estaba esta semana en torno al 0,265%, muy cerca de los mínimos de agosto.
Esta financiación «asistida» no solo opaca en España la inversión en renta variable arrinconando la economía real, sino también el incremento del más variopinto tipo de nuevo gasto gubernamental. Incluso del que propone partidas para buscar muertos pasados, mientras se ocultan los 53.000 más recientes. ¿Alguien se imagina 81 años después de la guerra civil americana algo similar? Aquí parecen ser las únicas partidas conocidas de unos presupuestos clandestinos.