BIENVENIDO A VALLECAS

JuanJuan Carlos Monedero pasó ayer por mi barrio. Se presentó a pegar gritos frente a la Asamblea de Madrid. Era el manifestante de jornada de Podemos. Con sus pancartas y chupas, entonaron el estribillo habitual contra Isabel Díaz Ayuso a cuenta de las restricciones contra la pandemia con alguna salida de pata de banco. «Quiere hacer un ‘apartheid’». A cierta edades se debería al menos intentar no hacer el ridículo más de la cuenta, especialmente si impartes magisterio en la universidad o presumes de ello. Tengo para mí que el hombre que lloró a Chávez con un orinoco de lágrimas en los ojos tiene su depósito de bobadas a tope. La próxima vez, que avise. Le habría podido ofrecer una serie de desinteresadas recomendaciones para que se hubiera integrado y conocido a las gentes a las que supuestamente fue a socorrer. Ignoro si Monedero sabe lo que ocurre en las calles que pisó ayer, pero me da que nones. En fin, que le habría aconsejado un desayuno en el bar Ortega, de la Avenida San Diego, una parada para endulzar su paladar en el Horno de Andrea, o si se pasa un día de diario, que no dejara escapar una visita al mercado de La Imagen o el del Puente, o ese recorrido a pie desde el Estadio del Rayo hasta la Fuente de la Asamblea, para cuando los rayistas tenemos algo que celebrar, que celebramos poco, la verdad. Tampoco sé si es paciente de los ambulatorios de Peña Prieta o Soldevilla, o si acude a la urgencia del Infanta Leonor o del Virgen de la Torre. Los vallecanos tenemos muchos problemas. Los hemos tenido siempre, también con el mando único y el confinamiento de Pedro Sánchez. Las soluciones no llegarán porque un arribista instrumentalice nuestras miserias.