EL «BRITPOP» SE PONE NEGACIONISTA: «NO A LA MASCARILLA»
«Para ser rebelde hay que tener argumentos, no una máquina de decir tacos»
HanHan digerido mal la contestación y la provocación. Igual en su momento llevar la contraria tenía sentido y ser un impertinente les proporcionaba un aura. Pero se han hecho mayores, como Miguel Bosé, y del escándalo han pasado al ridículo. Noel Gallagher, mitad de Oasis, está en contra de la mascarilla: «Me importa una mierda. Elijo no usar una mascarilla y si pillo el virus es cosa mía, de nadie más. Si todos los demás capullos llevan una máscara, no se la quitaré, y si la llevo yo, no me la quitarán. Creo que es una gilipollez. Son innecesarias y no tienen sentido», dijo en Twitter el «enfant terrible» convertido en «cuñado insoportable». Uno de los Gallagher creyéndose más listo que el resto resto del mundo y sucediendo exactamente lo contrario. A él se ha sumado otro de los grandes de la escena británica de los 90, el llamado «britpop» que se presentó al mundo como una segunda «invasión británica» musical. «Ni confinamiento, ni tests, ni rastreos, ni mascarillas, ni vacunas», dijo en su perfil de la red social, entre otros mensajes que insinuaban que el virus es una conspiración de Bill Gates y demás repertorio del negacionismo. «Nadie tiene la puta autoridad de decirme que me ponga una mascarilla», dijo en un mensaje en un tono polémico que algunos atribuyen a una estrategia para anunciar su nuevo álbum, del que habló unos tuits después, pero el virus del negacionismo se extiende. Van Morrison también ha publicado tres temas contra el confinamiento y las «manipulaciones» de los científicos. Hay que reconocer que todos sus seguidores han tenido mejor criterio y expresaban su decepción. Porque para ser ser un rebelde hay que tener motivos y argumentos, no solo una máquina automática de producir tacos como un adolescente. La proverbial mala actitud del pop sin conocimiento no sirve de nada. Quizá a ambos les convenga usar la mascarilla, y no solo para no contagiarse, sino porque, con la boca tapada, también se evitan los contagios a terceros. De malas ideas.